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Profesores de la Cardenal Herrera alertan sobre "el sesgo ideológico" de sus despidos

Un grupo de cinco profesores -de la docena de despedidos en junio por la gerencia de la Universidad Cardenal Herrera-CEU- ha decido denunciar, por primera vez, en público a la empresa por las sospechas fundadas de "sesgo ideológico de los despidos que se vienen produciendo en esta institución". Los firmantes sostienen que "la empresa ha justificado los despidos con argumentos falsos y altamente lesivos, falsedad que reconoce la propia universidad en su escrito de notificación donde acepta la improcedencia de los despidos".

Los cinco profesores -Luis Alama, Ángels Álvarez, Carmen Díaz, Enrique Selva y Virginia Villaplana- sostienen que "entre todos los profesores despedidos se acumulan decenas de años de práctica docente e investigadora dedicados a la construcción de la primera universidad privada valenciana". Es más, muchos de ellos son "profesores experimentados, con currículos acreditados por la Agencia Valenciana de Acreditación". Pero, sobre todo, denuncian "el trato indigno y vejatorio aplicado, lo cual se aviene mal con el carácter humanitario y la doctrina social que el centro dice profesar".

Se trata de la "primera denuncia acumulada por despidos" contra esta universidad privada y también del primer caso en que el Comité de Empresa suscribe las denuncias por "no tener constancia de que los despidos se deban a causas objetivas (como informes, estudios de viabilidad, datos de matrícula, etcétera)".

El Comité sostiene, además, que "no tiene constancia de incumplimiento contractual por parte de trabajador alguno". Y va más lejos anunciando que "tramitará una consulta ante la Inspección de Trabajo". Sería el primer caso de una universidad privada de carácter religioso investigada por Trabajo.

Depuración, en la Católica

En paralelo, el proceso de "depuración ideológica" se ha extendido a la Universidad Católica de Valencia, según denuncia otro profesor despedido en junio tras ser sometido a la "censura previa" de la bibliografía que impartía en su asignatura opcional. Según el afectado, Xavier Mínguez, con nueve años de antigüedad en la casa, él y otros cuatro docentes han sido despedidos de manera "improcedente, según reconoce la universidad".

En su caso, en concreto, "el decanato censuró la programación de lectura" libre propuesta por él a los alumnos de la asignatura optativa de Análisis y producción de textos, por considerar que "El Infidel de Francesc Bodí era literatura pornográfica". Mínguez, que ahora trabaja a tiempo parcial en la Universidad de Valencia, recuerda que Bodí es "un autor de reconocido prestigio, acreedor entre otros del Premio Enric Valor y del Premi de la Crítica".

Mínguez asegura que no se trata de casos aislados y que su denuncia la hace como "ciudadano" en contra de "la censura contra la libertad de cátedra, el control del profesorado (incluida su vida privada)" y "el integrismo de la dirección".

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