Actúa
Me temo que tengo que volver a hablar del maltrato a los animales. Ya lo decía Bertrand Russell: si las injusticias se repiten, ¿cómo no vamos a repetirnos nosotros denunciándolas? Esta semana hemos visto las espantosas imágenes de ese tipejo llamado J. L. P., de Aguiño, Galicia, matando a palos a su pastor alemán y dejando a otra perra moribunda. Digamos lo evidente: no cabe ni un átomo de civilidad ni de humanidad en un comportamiento así, y tampoco en un país que lo consiente. Además, estudios internacionales han demostrado una clara conexión entre los maltratadores de animales y los criminales violentos (ahí tienen al energúmeno de Aguiño agrediendo al veterinario que le denunció). Aunque sólo fuera por eso, por autodefensa, la sociedad debe perseguir a esos sádicos verdugos de seres indefensos. También hemos visto esta semana las fantasmagóricas y martirizadas figuras de los caballos incautados a Roca, abandonados durante tres meses por una Administración tan incompetente que los animales han comido arena a falta de otra cosa y ya han muerto varios. ¿Quién es el responsable de esta salvajada? ¿Cómo confiar en una Junta de Andalucía que deja que suceda algo así?
Tras la reforma del Código Penal, ahora se puede ir a prisión (de tres meses a un año) por torturar a los animales. Pero sólo se refieren a los domésticos y para ir a la cárcel hay que "maltratar con ensañamiento e injustificadamente", ¡como si hubiera un maltrato justificado! El artículo es tan ambiguo que, en los 300 casos denunciados por vía penal desde que cambió la ley, nunca han condenado a nadie a prisión. Además, cada comunidad autónoma tiene su propia legislación respecto al tema, y todas son muy distintas entre sí. Necesitamos urgentemente una Ley Nacional de Protección Animal. El 1 de octubre, a las doce de la mañana, en el Palacio de Cristal del Retiro (Madrid), habrá una manifestación para exigirla; y también puedes firmar en http://firmas.amnistianimalmadrid.org/ley/. En esta vida colmada de atrocidades, la humilde e inútil agonía de tantos animales añade más dolor al insoportable y ensordecedor dolor del mundo. Ahora tienes una oportunidad real para reducir siquiera un poco el sufrimiento. No lo olvides y actúa.
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