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Un preso alardeó de tener un topo en la Audiencia de Las Palmas

Un segundo sumario revela maniobras de Rafael Bornia ya en 2004

Los pinchazos telefónicos de 2005 para desmantelar la trama que amañaba concursos de parques eólicos en Canarias no fueron los primeros que evidenciaron que Rafael Bornia, presunto narco, tenía un topo en la Audiencia de Las Palmas. Un año antes, la policía captó conversaciones de Bornia desde prisión, en las que aludía a un "compadre" de la Audiencia Provincial de Las Palmas en Canarias que promovería su libertad provisional.

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Tras ser detenido en julio de 2004, la policía captó una conversación desde prisión de Rafael Bornia -presunto narcotraficante acusado también de blanqueo de capitales- con su compañera y presunta testaferro, Natalia Pombriego, en la que aludía a un "compadre" de la Audiencia en Canarias que promovería su libertad. La investigación del Poder Judicial ha "probado" que en la Audiencia Provincial de Las Palmas contó como benefactor a su propio presidente, José Antonio Martín, cuya separación del servicio reclama el instructor porque ocultamente asesoró a Bornia sobre el modo de plantear su libertad bajo fianza y, al mismo tiempo, presionó a sus compañeros de tribunal y al fiscal para concedérsela. La policía explicaba así la fe que ya en 2004 tenía el presunto narcotraficante en su amigo judicial: "Rafael tiene las máximas expectativas en una persona a la que nombra como el 'compadre', dado que éste 'se ha hecho íntimo, ¿tú me entiendes?, el que tiene que decidir finalmente'". Bornia detallaba su plan desde prisión: "Entonces es él el que tiene que [ininteligible] la baraja. Lo importante es que lleguen los papeles ahí cuanto antes. Yo sé que están ahí los procuradores presentándolos".

La policía vio clara su estrategia: "En las últimas fechas, y también resultado de las observaciones del teléfono de Natalia, se han producido una serie de conversaciones que nos permiten inferir que desde el entorno de Rafael Bornia se están realizando una serie de contactos para que el próximo 30 de septiembre, fecha en la que al parecer se ha fijado la práctica de alguna diligencia por parte del Juzgado números seis en el marco de las diligencias 4744/97 por las que la citada autoridad mantiene actualmente en prisión a Rafael Bornia para tratar de conseguir la puesta en libertad del propio Rafael". En otra charla, Calicha, hermana de Rafael Bornia, explicaba a Natalia que iba a quedar con "el compadre o compi, que le iba a informar de las gestiones del compi para lograr la libertad de Bornia". Ella admitía que todo estaba "chungo", pero, por otro, se jactaba de que tenían "al compi, que es el fuerte".

La policía interpretó lo esencial de estas charlas: "El entorno de Bornia está realizando una serie de gestiones para que, a través de dos personas distintas, un amigo de la infancia de Natalia Pombriego y otra persona a la que denominan compadre o compi, tratar a su vez de influir y conseguir el próximo 30 de septiembre [de 2004] la libertad de Rafael Bornia pasando de una euforia inicial, a un cierto pesimismo, en las que no obstante se mantiene la esperanza, añadiendo de todos modos que si falla lo del día 30 lo del juicio es seguro". "No desfallecer, porque sabemos que en breve [el juicio] se celebra, y, por tanto, está todo. Él lo tiene todo en la cabeza y controlado, si este falla, lo otro es seguro", animaba Calicha Bornia.

Red de blanqueo

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En las cintas de esta investigación sobre una red de blanqueo presuntamente capitaneada por Rafal Bornia, un segundo delito al que había provocado su busca y captura por un juzgado canario, nunca se identifican a quienes son dos personajes que se llaman "Pepe" que mueven los hilos judiciales para liberarlo. Sin embargo, la investigación judicial y policial del caso de corrupción canario por la que salieron a relucir los personajes de una subtrama que intentaba favorecer la puesta en libertad de Rafael Bornia sí arrojó sus nombres: José Antonio Martín, presidente de la Audiencia Provincial de Las Palmas, y Wilebaldo José Yanes.

Este último, uno de los presuntos jefes de la trama de amañamiento de concursos del Gobierno canario, merced a su amistad con el anterior (apadrinó y contrató a su hijo Nereo), logró que el magistrado cumpliera una doble función: asesoró a Julio Bornia sobre la vía para solicitar la libertad bajo fianza de su hermano cuando llegara la vista de su caso -28 de julio de 2005-, en la que él mismo intervendría, y, a la vez, presionó a los demás miembros del tribunal y al fiscal para que la concedieran.

Sus gestiones son "hechos probados" para el inspector del Poder Judicial, que identifica al compadre: "El expedientado puso el ejercicio de su función al servicio del interés de Rafael Bornia para satisfacer el interés mostrado por su amigo y compadre Wilebaldo, correspondiendo así a los múltiples favores que éste le había brindado a lo largo de los años y el trato, incluido económico, que daba a su hijo Nereo".

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