Rossi abruma a Hayden

En su casa de Tavullia, Valentino Rossi tiene un perro. Un buldog inglés que se llama Guido y que le acompaña a cada carrera, en forma de adhesivo, pegado al respaldo de su moto. Desde finales de julio, tras la carrera en Laguna Seca, Guido va cargado de amuletos de la buena suerte. Desde una llave metálica en una de sus patas hasta un trébol de cuatro hojas y varias alhajas colgadas al cuello. Visto lo ocurrido en las últimas carreras, la estrategia le funciona de perlas al heptacampeón italiano quien, amén del segundo puesto que logró ayer detrás de un intratable Loris Capirossi, que se apuntó su tercera victoria del año, ya sopla el cogote de un horripilado Nicky Hayden. El norteamericano, quinto en el asfalto japonés, ha visto en dos meses cómo la suculenta ventaja que atesoraba al frente de la tabla general ha quedado reducida a doce míseros puntos cuando aún faltan cincuenta por dirimirse: en el Gran Premio de Portugal (día 15 de octubre) y el Gran Premio de la Comunidad Valenciana (29 de octubre).

Rossi es tan rápido como los demás, aunque sus ruedas tarden en coger la temperatura ideal

Nada pudo hacer Hayden, recién renovado su contrato por Honda, en un circuito propiedad de la marca del ala dorada. Los directivos del mayor fabricante de motos del mundo observaron, resignados, cómo ninguna de sus máquinas ganó en el jardín de casa. Siete años lleva el campeonato acercándose a este circuito vecino a Mito, y nunca antes Honda se había ido de vacío en las tres categorías.

La superioridad que demostraron Loris Capirossi, su Ducati y los neumáticos Bridgestone que calza fue insultante durante todo el fin de semana. No en vano la marca de compuestos japonesa experimenta en Motegi con sus modelos más evolucionados. Y según confirma Capirossi, de un tiempo a esta parte, la marca nipona le lleva la delantera a Michelin en diversas pistas.

Ni Valentino Rossi pudo con ellos por más que lo intentó desde las primeras de cambio cuando, colocado tercero por detrás del veterano Capi y de un recuperado Marco Melandri, los tres se distanciaron del resto de pilotos, enzarzados la mayoría en una maraña de grescas que se sucedían. Dani Pedrosa fue de los más perjudicados. Aunque la séptima posición que arañó tras remontar desde la cola medio maquilló un fin de semana de pesadilla para él, con su resultado en Japón queda descartado casi definitivamente de la apretada riña por el título.

Ajenos a la algarabía que rechinaba a su espalda, los tres italianos situados en cabeza se despidieron a la quinta vuelta, incrementaron su ritmo en medio segundo y se largaron en fila india. Capirossi estiró, Melandri se le pegó y Rossi se retorció para no perderlos. Il dottore fue el único de los pilotos de neumáticos Michelin que montó un compuesto duro en la llanta trasera. Sus siete títulos mundiales le autorizan ciertas licencias al corredor de Tavullia, de 27 años. Una de ellas le permite rodar igual de rápido que sus rivales a pesar de que, como ocurrió ayer, sus neumáticos no hayan alcanzado aún sus condiciones ideales de temperatura. Cuando lo hicieron, Rossi pasó como una flecha a Melandri (vuelta 15), cuyos neumáticos comenzaron a acusar un exceso de fatiga que quedó patente en diversos zarandeos que le propinó su moto. Superado el piloto de Ravenna, de 24 años, Valentino saltó a la caza de Capirossi, escapado a un segundo y medio. Pero desistió. En primer lugar porque nada le aseguraba que un último esfuerzo le llevara hasta su compatriota y, segundo, arriesgarse a sufrir una caída no le pareció lo más inteligente ya que Hayden seguía sufriendo en posiciones más retrasadas.

Así las cosas el piloto de Kentucky, de 25 años, sigue líder del Mundial. Pero, tras comprobar cómo Rossi le ha recortado 39 puntos en sólo cuatro carreras, el corredor de Honda ve, por el espejo retrovisor de su moto, cómo Rossi y su perro Guido cargado de amuletos van en su busca a toda pastilla.