Todoterreno completo a buen precio
La llegada del Captiva abre una nueva era en Chevrolet, la denominación adoptada por Daewoo tras ser adquirida por General Motors. Este coche es el primer todoterreno de la marca coreana y también el primer ejemplo real de lo que puede lograr con el apoyo del grupo norteamericano. El resultado es prometedor, porque aporta una calidad muy superior a la de los modelos anteriores sin penalizar los precios, que siguen siendo muy competitivos (desde 24.050 euros), sobre todo por su completo equipo de serie. Lo importante es que permiten al Captiva esgrimir argumentos sólidos para conquistar un hueco importante entre los todoterrenos, una categoría que crece en ventas cada año en Europa.
Personalidad estética y siete plazas
El Chevrolet Captiva, como el nuevo Hyundai Santa Fe, es la alternativa económica a los todoterrenos grandes de lujo (VW Touareg, BMW X5, Volvo XC90...). Tiene unas medidas más compactas y apropiadas para Europa -4,63 metros de largo-, pero sigue la tendencia de moda y ofrece siete plazas. Se ha creado en paralelo con el Antara, su hermano gemelo en Opel, que comparte la mecánica y llegará en diciembre.
El primer argumento del Captiva es una imagen atractiva que cuida los detalles. Destaca la personalidad del frontal, con la parrilla adelantada en forma de cuña, el llamativo escudo de Chevrolet en el centro, y un parachoques discreto y bien integrado, con la base rematada por protecciones plásticas. La cintura alta del lateral refuerza la imagen de solidez, pero los resaltes de las aletas y el trazo ascendente de las puertas estilizan la figura. La zaga también está resuelta con gusto y lleva dos escapes cromados y unas protecciones por debajo que remarcan el estilo deportivo del conjunto. En cambio, la aerodinámica no es brillante (CX: 0.38), pero resulta correcta para un todoterreno.
La posibilidad de disponer de siete plazas es otra ventaja importante del nuevo Chevrolet, que ofrece un interior moderno, flexible y con soluciones muy prácticas para la vida familiar (ver la página 15). Delante es amplio, pero las banquetas sujetan poco; la segunda fila puede alojar a tres adultos, y la tercera añade otros dos asientos más, aunque sólo para niños. Además, incluye las últimas soluciones prácticas, como los asientos de las dos filas posteriores plegables en el piso, que dejan la superficie plana y apenas restan espacio de carga. Y ofrece una generosa dotación de huecos repartidos por todas partes: guanteras, cajones, posavasos, portagafas...
Por lo demás, los acabados son correctos y, aunque presenta una insonorización mejorable, la suspensión filtra bien los baches y no resulta incómodo en los viajes.
Tres motores y tres acabados
La gama del Captiva incluye tres motores y tres acabados. Hay dos mecánicas de gasolina: 2.4 de 136 CV (desde 24.050 euros) y 3.2 V6 de 230 CV (36.200). Y un 2.0 D turbodiésel de 150 CV, más interesante (desde 30.450). Pero, aparte de los precios, muy competitivos, la otra gran arma de este 4x4 es un equipo de serie muy completo y superior al de casi todos sus rivales. Así, el acabado básico LX incluye ya seis airbags, ABS, ESP, aire acondicionado, llantas de aleación, radio-CD y cuatro elevalunas eléctricos. El LT añade climatizador y hasta sensores de aparcamiento (sólo en la versión siete plazas, que cuesta 900 euros más). Y el superior LTX viene con casi todos los lujos: asientos delanteros eléctricos y calefactados, tapicería de cuero, radio-CD con cargador y MP3, sensores de lluvia y faros, llantas de 18 pulgadas... Y todos tienen tres años de garantía.
Conclusión
El Captiva es un todoterreno atractivo y bien dotado para cubrir las necesidades de una familia numerosa. Tiene un diseño moderno por fuera y por dentro, siete plazas muy flexibles, un turbodiésel rápido que gasta poco y un comportamiento seguro. Y es una de las propuestas más asequibles y rentables entre los 4x4 de su tamaño.
UN INTERIOR PRÁCTICO
El interior del Captiva presenta un aspecto aparente y cuidado. El diseño es moderno y crea un ambiente atractivo en el que destaca la consola central, situada en posición vertical y con los mandos bien visibles y ordenados. Los plásticos de las puertas presentan un aspecto mejorable, y contrastan con otros detalles resueltos con gusto, como el volante, que lleva los brazos interiores cromados, o el equipo de música integrado en la consola, una solución poco habitual en las marcas coreanas. Las siete plazas del Captiva mantienen la configuración clásica (2+3+2). La segunda fila está dividida en dos partes (40/60), permite reclinar cada respaldo por separado y ofrece un espacio correcto para las piernas. La tercera, en cambio, es muy justa y estrecha, obliga a llevar las rodillas encogidas y sólo sirve para niños. No tiene un acceso cómodo: hay que pulsar una palanca que pliega el respaldo del asiento de la segunda fila y empujar todo el bloque para que bascule hacia delante. El maletero es amplio con cinco plazas, se reduce al mínimo con siete pasajeros y permite abrir la luneta de forma independiente. La zaga del Captiva está bien resuelta e incluye adornos vistosos, como las protecciones metalizadas de la zona inferior y las dos salidas de escape cromadas.
MENOS CARO Y MEJOR EQUIPADO
El acabado superior LTX del Captiva turbodiésel es más asequible que las versiones equivalentes de sus rivales e incluye una dotación de serie superior (tapicería de cuero, cargador de CD, asientos eléctricos...) que refuerza su competitividad.La excepción es el Kia Sorento, porque, aunque cuesta 800 euros más y tiene sólo cinco plazas, incluye de serie detalles como navegador, reductora y techo solar, que no tiene el Chevrolet. En cambio, el Captiva cuesta 2.100 euros menos que el Hyundai Santa Fe de siete plazas, que viene algo menos equipado. La diferencia con el Rexton de siete plazas sube a casi mil euros y el Ssangyong sólo incluye dos airbags, aunque tiene también reductora. Por último, el Land Rover Discovery 3 es 13.500 euros más caro y gasta casi dos litros más, pero es más refinado, lleva reductora y está mejor dotado para salir del asfalto.
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