El Bellas Artes exhibe obras de una colección privada tras un acuerdo con su propietario
Victorio Urresti se ha volcado en los pintores españoles del cambio del siglo XIX al XX
El Museo de Bellas Artes de Bilbao exhibe desde hoy y hasta el próximo 5 de noviembre una selección de 37 obras de las 112 que componen la Colección Urresti, una colección privada que ha estado en manos del museo desde el año 2004, con el compromiso de devolverla en 2007. Durante este tiempo, las piezas han sido estudiadas, restauradas y catalogadas. A cambio, el propietario ha donado tres cuadros al museo: El río Isole (Quimperlé), de Aureliano Beruete (1901); Paisaje, de Joaquim Mir (hacia 1907-1913), y Río, de Celso Lagar (hacia 1915-1917).
Bajo el nombre Colección Urresti, el museo bilbaíno ha distribuido en tres salas de la planta baja de su edificio antiguo una selección de 37 obras de las 112 que ha reunido el empresario donostiarra Victorio Urresti. Ambos, pinacoteca y coleccionista, llegaron a un acuerdo hace tres años con el compromiso de no hacerlo público hasta que finalizase. Por medio de dicho acuerdo, el Bellas Artes ha custodiado y conservado en depósito durante ese tiempo los 112 cuadros, en su mayor parte de temática costumbrista o paisajes y debe devolverlos a su dueño el próximo año.
El director de la pinacoteca de Bilbao, Javier Viar, calificó ayer durante la presentación de la muestra de "muy satisfactorio" el convenio. "Es una manera que hemos encontrado para colaborar con un coleccionista privado y conforma un modelo que nos puede servir en el futuro", señaló. Mientras la colección ha permanecido en el museo, éste ha podido mostrar en el marco de otras exposiciones alguno de los cuadros que la integran. "Por ejemplo, ya se ha expuesto Almendros en flor, de Rusiñol, y El rastro, de Solana", apuntó.
Para el propietario se han analizado, estudiado y restaurado las piezas, que le serán devueltas en perfecto estado de conservación. Además, se han catalogado, para que dichas obras puedan ser incluidas por estudiosos de sus autores o de la pintura en general. En este sentido, Viar destaca en el prólogo del catálogo que "todos los días" se asiste "a la desaparición de las referencias sobre determinadas obras de arte que son conocidas y que han estado en otras épocas localizadas y registradas", lo que da idea de la importancia de esta labor de registro.
La colección de Urresti reúne, según indicó Viar, obras de artistas relevantes, fundamentalmente vascos, catalanes y madrileños, de finales del siglo XIX y principios del XX, como Darío Regoyos, Joaquim Mir, Zuloaga, Solana, Iturrino, Benjamín Palencia, Baroja, Cossio y Valle, entre otros. "Se trata de una colección muy característica dentro de un tipo de coleccionismo de mediados del siglo XX, con obras de pintores que hicieron el tránsito entre siglos".
El empresario donostiarra ha donado al museo tres cuadros, elegidos elegidos de mutuo acuerdo por la pinacoteca y Urresti. "Son tres interesantes aportaciones: El río Isole, de Aureliano Beruete; Paisaje, de Joaquim Mir, y Río, de Celso Lagar. Con ellas, el museo cubre los huecos en su colección de los periodos de Beruete y Lagar a los que pertenecen los cuadros recibidos, y en el caso de Mir, es la primera obra del catalán que posee el museo", señaló el director del Bellas Artes, quien recordó que la pinacoteca ha estado ligada desde su inicio a la iniciativa privada y que ha ido construyendo su colección en buena medida gracias a aportaciones privadas. "La naturaleza de nuestras colecciones está en buena manera condicionada por el gusto particular" de aquellas personas que legaron o donaron sus obras.
Superar reticencias
Estas tres nuevas incorporaciones, agregó Viar, permitirán hacer "una lectura más pormenorizada del proceso que siguió la pintura española y, en concreto, el paisaje, a lo largo del primer cuarto del siglo XX". Dos de estos cuadros, el de Beruete y el de Mir, se encuentran en estos momentos en Salamanca, ya que se han incluido en la exposición itinerante De Goya a Gauguin. La tercera, de Lagar, se encuentra en la sala correpondiente y no en la exposición que se presentaba ayer, ya que "ya no pertenece a la Colección Urresti".
Con la exposición de lo mejor de la colección privada, indicó, también se consigue rescatar del anonimato un interesante conjunto pictórico del patrimonio privado y deseó que, gracias a esta iniciativa, "se vayan perdiendo ese sentimiento de privacidad y las reticencias a mostrar estos patrimonios". El hacer público este acuerdo con Victorio Urresti, deseó, quizá pueda servir para que, en el futuro, otros coleccionistas privados se animen a prestar al Bellas Artes y dar a conocer al público en general sus fondos pictóricos y artísticos particulares.
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