Esteve Ferran, el primer y único alcalde que ha tenido Salou

Salou no ha tenido otro alcalde que Esteve Ferran. De hecho, este municipio, que concentra el mayor sector turístico de la Costa Daurada, tiene una historia extremadamente breve, puesto que se segregó de Vila-seca el 30 de octubre de 1989.

Ferran, de 76 años, acérrimo convergente desde la transición y pujolista de pro, ya fue concejal de CiU en el antiguo municipio que formaban Vila-seca i Salou, cuando gobernaba el consistorio Joan Maria Pujals, que fue consejero de Cultura en uno de los gobiernos de Jordi Pujol y figura emergente de CiU hasta su caída en desgracia.

Con el tiempo, el Pujals alcalde y el Ferran concejal devinieron adversarios en el seno de su partido. El motivo: la segregación de Salou y la fijación de los límites del nuevo municipio. Desde octubre de 1989, Ferran, como miembro de CiU, presidió la gestora de Salou, integrada por varios partidos políticos, y se hizo cargo de la gestión municipal hasta las siguientes elecciones locales, las de 1991.

Ferran, líder indiscutible del proceso de independencia de Salou, decidió romper con Convergència, su partido de siempre, decepcionado por la posición de la formación nacionalista en el proceso de segregación. Creó una plataforma electoral, bajo las siglas Ferran Units per Salou (FUPS), que aún le acompaña en la actualidad. Tras pactar con el PP, logró la acaldía y cedió a los populares el área de Urbanismo.

En los sucesivos comicios, Ferran decidió cambiar de socios y pactó con el PSC e ICV. Durante dos años dejó la concejalía de Urbanismo en manos de los socialistas para luego asumirla personalmente. En 1999 ganó de nuevo las elecciones -esta vez por mayoría absoluta- y, sin necesitarlo, pactó con CiU y el PP. En 2003 perdió la mayoría absoluta, pero conservó la alcaldía y los pactos con los mismos partidos.

Esteve Ferran, jardinero de profesión, es el único alcalde que ha conocido esta población costera ligada desde siempre al turismo y a Port Aventura desde finales de la década de 1980, cuando se inició un proceso que culminaría con la construcción de uno de los pocos parques temáticos que hoy por hoy lucen beneficios en sus cuentas de explotación.