"En Cataluña, es como si me hicieran pagar por ser sobrino de José Carreras"

"La titularidad de la Orquestra Simfònica del Vallès (OSV) me ha llegado en un momento en el que deseaba plasmar en un conjunto todo lo que he aprendido como director free-lance. Y el hecho de que sea con una orquesta catalana todavía me ilusiona más". El entusiasmo que transmite David Giménez (Barcelona, 1964), que el pasado 1 de septiembre asumió el cargo de nuevo director artístico de la OSV, contrasta con la realidad en la que vive la tercera orquesta sinfónica de Cataluña, constituida como entidad anónima laboral en la que los músicos son a la vez empresarios y trabajadores y cuya precariedad económica llevó a su anterior titular, Edmond Colomer, a renunciar al cargo aludiendo "falta de recursos".

"Soy consciente de cuál es la situación y no sé hasta dónde podré llegar, pero trataré de mejorar tanto el nivel artístico como la situación económica de la orquesta", afirma rotundo Giménez. Y añade: "No he aceptado el cargo para jugar, quiero hacer cosas serias y no estoy dispuesto a esperar a ver si conseguimos que nos den más dinero para poder mejorar, cuando existe la posibilidad de hacer cosas para mejorar la situación actual. Debemos romper de una vez por todas con el estigma de llorones que arrastra la orquesta".

Ciclos estables

La OSV inicia su nueva temporada musical hoy en el Teatro de la Faràndula de Sabadell y mañana en el Palau de la Música Catalana, con sus dos ciclos estables de conciertos. Una nueva temporada en la que David Giménez, por compromisos establecidos antes de su fichaje, sólo dirigirá tres programas y participará, a principios de 2007, en la gala del 20º aniversario de la orquesta.

Sabe el nuevo director de la OSV que la presencia de los artistas invitados que baraja -los tenores José Carreras y Josep Bros, la mezzosoprano Agnes Baltsa y el barítono Bryn Terfel- dependerá de los recursos económicos con que cuente. "Trabajamos en la elaboración de un ambicioso proyecto artístico que presentaremos a instituciones y patrocinadores", cuenta. "Queremos romper la dinámica de tratar de mejorar la situación económica pidiendo que nos den más dinero. Deseamos ofrecer contrapartidas, intentar que los patrocinadores se den cuenta de los beneficios que les reportará que una orquesta sinfónica forme parte de su imagen y que eso pueden obtenerlo por un precio asequible. Si no conseguimos los recursos que buscamos deberemos planificar una temporada más comercial".

Con su experiencia de 12 años como director invitado, empuñando la batuta frente a más de 200 orquestas, algunas del prestigio de la Filarmónica de Viena, la Philharmonia Orchestra y la Sinfónica de Londres, David Giménez echa de menos una relación más estrecha con su ciudad natal. "Tengo muchas ganas de trabajar en Cataluña. Estudié en el extranjero y la mayor parte de mi carrera como director se ha desarrollado fuera de España, pero quiero hacer en Cataluña cosas como las que he hecho fuera, y hacer cosas importantes. Mi relación con la OSV es una oportunidad para ello", explica.

Considera el director que su relación familiar con José Carreras -es su tío- ha jugado en su contra en Cataluña. "Siento como si me lo hicieran pagar", afirma. Y prosigue: "Además, se desconoce mucho mi trayectoria en el extranjero, de lo contrario ¿cómo explicar que un día esté en foso de la Ópera de Viena y dos días después preparando en Barcelona un concierto familiar y que también dirija un programa con la OBC dentro de su temporada de conciertos? No me importa, lo acepto, porque quiero llegar a formar parte de la vida musical catalana".