La oposición retira el carné a Esperanza

"Los madrileños tenemos el mejor coche, pero no el mejor conductor". Esta frase del portavoz socialista, Rafael Simancas, resume el panorama regional que ayer dibujaron los dos portavoces de la oposición -el líder socialista y Fernando Marín, de IU- en la segunda jornada del debate del estado de la región.

Frente a la pasión con la que Simancas defendió sus argumentos, Esperanza Aguirre se limitó a echar balones fuera, por la vía de compararse con otros presidentes regionales, que, según ella, conducen peor. Estos son algunos asuntos que trataron:

Crispación

Marín, de IU, tacha de "desmadre" el urbanismo de la región: "Seis promotoras copan 145 millones de metros de suelo"

La presidenta sostiene que ella y Gallardón tienen "las mismas ideas en todo lo fundamental"

Simancas afirma que la Comunidad es "el mejor coche", pero que está mal conducido por el Gobierno de Aguirre

Hay dos personajes ajenos a la Asamblea que ayer no hicieron más que aparecerse a los diputados: José Luis Rodríguez Zapatero y Alberto Ruiz-Gallardón. El primero porque, como le reprochó Marín a Aguirre, si fuera por ella el presidente sería el demonio, "culpable de los males de la región". El segundo, porque, según Simancas, la presidenta se ha peleado con todo el bando contrario y "cuando se le han acabado los contrincantes", ha buscado gresca en el propio.

Frente a esta crítica, la presidenta devolvió un revés dirigido al Gobierno central. "Gallardón y yo tenemos las mismas ideas en todo lo fundamental", dijo entre las risas irónicas de los diputados de la oposición. "Creemos en la unidad de España y en que con ETA lo único que hay que hablar es de dónde y cuándo deja las armas". También le envió un golpe directo a Simancas, a quien le espetó que su máxima virtud política es haber sobrevivido "a esa jaula de grillos que es el Partido Socialista de Madrid".

A cambio el líder socialista dictaminó: "Usted ha confundido gobernar con mandar", pero trató de calmar lo que queda de mandato ofreciendo al Gobierno un pacto de cinco puntos: entre ellos, aumentar el gasto educativo en un 25% y garantizar que los nuevos hospitales tendrán gestión pública.

La guerra del ladrillo

Por fin ayer el urbanismo llegó a la Asamblea. De la mano de la oposición, que habló de "desmadre". Marín achacó a la presidenta haberse colocado "detrás de la burguesía del cemento", y afirmó que la liberalización del suelo ha conducido a que "seis promotores copen 145 millones de metros de suelo en Madrid y su entorno". Simancas fue más duro: "Su Gobierno nació a la sombra del ladrillo y va a morir también a la sombra del ladrillo". Luego apuntó la paradoja de que cada año se construyan 65.000 viviendas, cuando las necesarias "no pasan de 43.000". Y concluyó: "En un mercado sano habría moderación de los precios. Pero el precio está desbocado y es un drama".

Aguirre, que se dijo dispuesta a "no rehuir" hablar de urbanismo, se fue por los cerros de Úbeda, citando las plusvalías de la Operación Campamento y de la de Chamartín. Y se preguntó por qué, según la oposición, los municipios de la izquierda hacen vivienda social y los de la derecha "urbanismo depredador". "A mí que me lo expliquen", reclamó entre la ovación de los diputados populares.

El punto del IRPF

Al PSOE le parece que la rebaja selectiva de impuestos que prometió la presidenta "ha sido selecta", más que selectiva. Y eso engloba el compromiso de rebajar en un punto el tramo del IRPF que corresponde a la Comunidad. "Dispara usted con pólvora ajena", consideró Simancas. "¡Haberlo hecho el primer año y no ahora para que pague yo cuando sea presidente!".

"La bajada va a beneficiar a 2.800.000 contribuyentes, prácticamente todos", rebatió Aguirre.

Crecimiento económico

Simancas cuestionó la idílica imagen ofrecida por Aguirre sobre la economía madrileña. Frente a la "locomotora de España y una de las regiones con mayor crecimiento de la UE" de la que presume el PP, Simancas acusó a la presidente de "favorecer un crecimiento enfermo y desequilibrado, en el que los ciudadanos no viven mejor". "Sube el paro y el empleo es cada vez más precario", dijo. E hizo un símil ciclista: "Madrid no está a la cabeza del crecimiento económico, sino en el pelotón. Seis comunidades han crecido más".

Barracones escolares

El fracaso escolar llega al 30% en algunas zonas de la región, más de 250.000 niños van a clase en barracones o aulas en obras y 25.000 familias se han quedado sin plaza para los menores de tres años. Son los reproches que Simancas y Marín hicieron a una Aguirre que basó su defensa en un argumento: con el PSOE todo es peor.

En Madrid, hace 11 años, los socialistas gobernaban con 276 barracones, según la presidenta. Ahora, añadió, sólo hay 36 y se llaman "aulas educativas transitorias". Ella misma se rió de la ocurrencia. Además, dijo que en comunidades como Andalucía, el PSOE ofrece 10 veces menos plazas de escuelas infantiles. Del fracaso escolar no dijo nada.

Listas de espera

Aguirre aseguró que ningún madrileño espera más de 30 días para ser operado en la sanidad pública. Los diputados del PP la aplaudieron a rabiar. Simancas y Marín contestaron que nadie se lo cree, y los escaños de la oposición intentaron aplaudir aún más fuerte. "¿Entonces, por qué el Ministerio de Sanidad ha expulsado a Madrid del cómputo nacional de listas de espera?", preguntó Simancas. "Porque a la ministra le da vergüenza decir que en el resto de las comunidades ha subido la espera. Y eso es duro", respondió Aguirre. Ovación de los diputados del PP. Carcajadas de los demás.

Hospitales

Aguirre sumará a la sanidad madrileña ocho hospitales esta legislatura. PSOE e IU critican que pondrá en manos del sector privado la salud de 1,5 millones de ciudadanos, uno de cada cuatro madrileños. "Esto es introducir el lucro en la sanidad pública", dijo Marín. "Es una privatización progresiva", añadió Simancas.

Aguirre respondió que es "más eficaz" que empresas privadas presten los servicios, financiados por la Comunidad. Y por si a Simancas le quedaba alguna duda, le dio la fórmula para evitarlo. "Prohíban ustedes, que pueden [desde el Gobierno central], los colegios y las clínicas concertadas". Animada, la presidenta no frenó: "Y ya puestos, hagan pisos gratis o el transporte público gratis. Venga, háganlo".

Severo Ochoa

Gustará más o menos, pero el consejero de Sanidad, Manuel Lamela, no deja indiferente a nadie. Aguirre le adora. "Ha cumplido con su deber y lo ha hecho muy bien", exclamó al referirse a la gestión de Lamela en la crisis del Severo Ochoa. A Simancas y Marín, el consejero no les hace mucha gracia. Le acusan de mentir, de emprender una cruzada contra los médicos de Leganés, de atacar a la sanidad pública...

Pero ninguna crítica de la oposición minó el entusiasmo por Aguirre del portavoz del PP, Antonio Beteta: "Éste ha sido el trienio más fructífero de la historia de Madrid, gracias a su liderazgo".