España ordena el regreso de dos buques de Líbano

El Estado Mayor de la Defensa ordenó ayer el regreso inmediato de dos de los tres barcos españoles que navegan frente a las costas libanesas desde el pasado viernes: el buque de apoyo logístico Patiño y la fragata Almirante Juan de Borbón. El viaje de vuelta se iniciará en cuanto trasladen el material que llevan para el batallón de Infantería de Marina, en un máximo de 48 horas.

La orden se ha producido después de que trascendiera que los marineros a bordo de los buques quieren que se les reconozca como participantes en la operación, lo que duplicaría el importe de las dietas que cobran.

El buque de asalto anfibio Galicia permanecerá en la zona apoyando a las tropas en tierra hasta que éstas sean plenamente autónomas, indicaron las mismas fuentes, lo que puede requerir entre ocho y diez días. La presencia del Galicia es especialmente importante porque lleva a bordo un hospital del nivel Role 2, con médicos especialistas y dos quirófanos, mientras que el batallón sólo dispone de un hospital Role 1, con facultativos de medicina general y ATS.

La marcha del Patiño y la Almirante Juan de Borbón deja al Galicia sin buque de apoyo, lo que limita su tiempo de permanencia en la mar sin necesidad de aprovisionarse en puerto, y también sin escolta. En principio no existe ningún riesgo naval en las costas libanesas, patrulladas por el portaaviones italiano Garibaldi y por escoltas de Italia, Francia, Reino Unido y Grecia, que vigilan el embargo de armas a Hezbolá. La retirada de los dos buques rompe, sin embargo, la fuerza operativa Task Force 825 enviada por España a Líbano.

La demanda de los marineros de que se les considerara parte de la operación no sólo tiene repercusiones económicas. La suma de los 600 tripulantes de los tres buques y de los 560 infantes y legionarios ya desembarcados excede el límite de 1.100 efectivos aprobado por el Congreso para la misión en Líbano y el tope de 3.000 que se autoimpuso el Gobierno para el conjunto de operaciones en el exterior.