¿De quién es la República? ¿Quién ganó en Valmy?
En septiembre de 1792, tres años después de la toma de la Bastilla, Francia todavía era una monarquía. Luis XVI estaba siendo juzgado. La Francia revolucionaria había declarado la guerra a Austria. Un ejército combinado de Prusia y Austria, al que se habían unido exiliados monárquicos franceses, bajo el mando del duque de Brunswick, entró en Francia y se abrió camino con gran facilidad hacia París derrotando toda resistencia.
El pueblo sospechaba de la actitud del Ejército. Finalmente, el general Kellermann y el general Dumouriez asumieron el mando de un ejército de soldados profesionales y voluntarios sans culotte que plantaron cara al invasor, "en defensa de la patria", en Valmy. Fue una victoria decisiva, propiciada en parte por el hecho de que las tropas de Brunswick estaban debilitadas por la disentería. Al día siguiente, el 21 de septiembre de 1792, se proclamó la República Francesa. Le Pen quiere ahora apropiarse de esta República, del espíritu republicano que encarna el ciudadano que se levanta en armas para defender su nación y la libertad, "y de toda la historia de Francia", como dijo ayer. Por eso pretendía organizar un gran mitin en el campo de batalla de Valmy, junto al molino recientemente restaurado, pero el acto fue prohibido y transformado en una simple ofrenda floral al monumento a Kellermann y Dumouriez.
Las reacciones contra esta pretensión fueron furibundas. Los masones franceses, que hacen de Valmy un símbolo, fueron los primeros en denunciar el carácter profundamente reaccionario de la extrema derecha francesa en todas sus encarnaciones. Hay que decir que entre las filas de su propio partido también reinaba malestar por esta iniciativa.
Jóvenes socialistas y de movimientos de izquierdas organizaron una concentración paralela. Mientras Le Pen leía su discurso, a unos 200 metros, otros cantaban a voz en grito la Marsellesa y la Internacional. En medio estaba la policía.
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