Brasil, cada vez más latinoamericano
El país consolida sus exportaciones industriales, pero la competencia china supone un peligro a corto plazo
Las exportaciones de productos industriales brasileños ganan espacio e importancia respecto a los países de América Latina y el Caribe, consolidando una diversificación iniciada hace algunos años y fortalecida bajo el Gobierno de Lula da Silva. Aun así, el país pierde paulatinamente nichos de ventas en favor de un gigante voraz: China. Y es que las exportaciones chinas suponían hace dos años el 7,8% del mercado latinoamericano de manufacturas frente al 6,5% de Brasil y en este ejercicio la diferencia aumentará aún más.
Brasil exportará productos industriales por valor de unos 130.000 millones de dólares durante 2006, una cifra jamás alcanzada
Brasil experimenta, en 2006, su mejor fase como país exportador. Bien es verdad que en el escenario internacional el país no llega a ser exactamente una potencia -su participación ronda el 1,5% del total del comercio mundial-, pero en los últimos años viene consolidando gradualmente su espacio: a partir de 2004, el mercado externo ganó un nuevo y decisivo impulso y los cálculos oficiales señalan que el total de exportaciones de Brasil rozará en 2006 los 130.000 millones de dólares, una cifra jamás alcanzada en periodos anteriores.
Confirmado como el mayor país industrializado de América Latina y el Caribe, Brasil se ha visto beneficiado con el crecimiento de ese mercado regional. Tanto es así que a lo largo del primer semestre de este año de cada diez dólares de productos manufacturados exportados 3,10 tuvieron como destino América Latina y el Caribe, superando ampliamente a la Unión Europea (1,72) y Estados Unidos (2,35 dólares). En términos generales, América Latina es el principal comprador de lo que Brasil exporta (25% del total).
Se trata de otra marca inédita: las exportaciones de manufacturas para los países de la región experimentaron un aumento del 24% en comparación al primer semestre del año pasado, muy superior al registrado en las ventas hacia la Unión Europea (7,5%) o Estados Unidos (3,9%). Otro aspecto que llama la atención de los analistas es el crecimiento de las exportaciones de productos industriales destinadas a las demás regiones del mundo (África, Asia, Oriente Próximo), que fue de 17%.
Mayor diversificación
A diferencia de otros países emergentes, Brasil logró consolidar una amplia diversificación entre los compradores de sus productos. Un cuadro comparativo entre los primeros semestres de 2005 y 2006 muestra que esa tendencia se acentuó, y que aumentó la diferencia entre compradores africanos y asiáticos y la Unión Europea de manufacturas brasileñas. En los primeros seis meses de este año, los países latinoamericanos y caribeños compraron productos brasileños por un total de 10.628 millones de dólares, lo que significa un 33% más que EE UU y un 81% más que la Unión Europea.
Y, para redondear el cuadro positivo, no se puede dejar de señalar -según funcionarios del Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior- que los esfuerzos realizados por Lula da Silva para fortalecer un acercamiento político con esos países se tradujeron también, entre otras cosas, en una mayor diversificación de los mercados compradores de productos brasileños.
Los principales productos vendidos a América Latina y el Caribe en los primeros seis meses del año fueron automóviles, teléfonos móviles, aceites combustibles, repuestos de automóviles, vehículos de carga, productos siderúrgicos, resinas plásticas, motores para vehículos, tractores y llantas. Pero hay que destacar, además, el crecimiento en las ventas de aviones, conductores eléctricos, autobuses, azúcar y productos químicos.
En paralelo al crecimiento de las economías de la región, Estados Unidos -mercado tradicional para las exportaciones brasileñas- jamás ha comprado tanto petróleo de Brasil, lo que disminuyó la participación norteamericana en la pauta de los manufacturados. Además, las ventas de aviones brasileños hacia Estados Unidos bajaron un 38% este año, ya que en el primer semestre de 2005 hubo un flujo excepcional de ese rubro. Cabe señalar, opinan los analistas, que a pesar del hecho de haber aumentado mucho las ventas en dirección a América Latina y el Caribe, el peso de los dos principales mercados -Estados Unidos y Europa- sigue siendo fundamental, y eso para no mencionar que, tradicionalmente, son compradores más seguros.
Sin embargo, dos sombras pesadas amenazan a esos logros de los manufacturados brasileños. La primera es la revalorización del real sobre el dólar (34% en los últimos doce meses), que encareció de manera bastante significativa los productos. Y la segunda -y más preocupante- es la voracidad de los fabricantes chinos con sus bajos precios.
Hace 16 años Brasil controlaba el 5,3% del comercio latinoamericano de manufacturados y la presencia de China sólo alcanzaba el 0,7%. Cinco años después, Brasil mantenía el 5,7% de ese mercado, pero los exportadores chinos habían multiplicado su participación por dos (hasta el 1,4%). En 2002, se registró un empate. Hace dos años, la participación de China en el mercado latinoamericano y caribeño de manufacturas ya era del 7,8% contra el 6,5% de Brasil, según datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y este año la diferencia seguramente aumentará aún más.
Amenaza china
El fenómeno del crecimiento chino en la región es inevitable, admiten los empresarios brasileños. Mientras se convertía en una gran consumidora de las materias primas latinoamericanas, China se erigía al mismo tiempo en la gran proveedora de manufacturas que los países de la región, con las excepciones de México y Brasil, no logran producir. Cada vez más, la competitividad de los productos chinos amenaza a los fabricantes brasileños y mexicanos.
Brasil todavía cuenta con la protección de acuerdos fiscales que le son extremadamente favorables, en especial en el Mercosur, y con la ventaja de que parte de sus exportaciones de manufacturas más elaboradas, como los automóviles, no sufre la competencia directa de China. Pero en otros rubros importantes, como calzado y electrodomésticos, la disputa entre brasileños y chinos se da centímetro a centímetro, y el dragón oriental asusta cada vez más. También en productos textiles la parcela antes ocupada tranquilamente por los brasileños encogió de manera drástica en los últimos años. Y la verdad es que los fabricantes de automóviles empiezan a mirar con ojos cada vez más asustados hacia el otro lado del mundo: parecen saber que, tarde o temprano, también en este campo la amenaza tomará forma.
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