Vitoria reúne las mejores imágenes de naturaleza en una exposición
El CEA acoge las fotos galardonadas con el premio Wildlife 2005
Una bandada de miles de estorninos huye despavorida ante la amenaza de un halcón peregrino. La impactante foto de Manuel Presti, ganadora del premio Wildlife de fotografía de 2005, constituye un grito artístico en defensa del medio ambiente. Otras ochenta imágenes de naturaleza se presentan hasta el 15 de octubre en la Casa de la Dehesa de Olarizu, sede del Centro de Estudios Ambientales del Ayuntamiento de Vitoria.
Como apunta el miembro del jurado, el fotógrafo naturista Art Wolfe, el hombre tuvo que viajar al espacio para que adquiriera conciencia de la fragilidad del planeta Tierra. "No hay fronteras internacionales. Somos un globo suspendido en la nada, sin segundas oportunidades", añade. Lo cierto es que la convocatoria del Wildlife se remonta a ese tiempo, a 1964, cuando una revista minoritaria quiso reconocer el trabajo de aquellos que, en forma de denuncia, de recreación o de investigación, trataban de captar con la cámara fotográfica el entorno natural. Hoy, con el apoyo de otras instituciones, este galardón convoca anualmente a cerca de 20.000 fotógrafos procedentes de 60 países.
El premio impulsa el trabajo de campo, pero también la vertiente más creativa de la mirada a la naturaleza, para lo que no es necesario viajar a desiertos y montañas exóticas. Es el caso de Michel Loup, ganador de la sección Innovación, con una instantánea onírica de un remanso del río Herisson, en plena campiña oriental francesa. Un paisaje que evoca la pintura impresionista y la tranquilidad de un momento único que poco tiene que ver, por ejemplo, con la fotografía Estrujón mortal, de Bence Maté. En ésta se aprecia con la nitidez que sólo dan las nuevas tecnologías cómo una garza real estruja con su pico a un pez antes de tragárselo.
La naturaleza, por supuesto, también es cruel y violenta. Martyn Colbeck, premiado en el apartado de blanco y negro con una serie de imágenes de una familia de elefantes bajo el Kilimanjaro, captó también una agresiva pelea entre dos machos. Y Erlend Haaberg aporta un demoledor testimonio de la caza de la liebre blanca en Noruega.
No faltan fotografías curiosas, como la que obtuvo Jean-Pierre Zwaenepoel de una hembra del mono conocido como langur de Hanuman dominando la ciudad india de Jodhpur, dentro de la sección dedicada a la naturaleza en ambientes urbanos. Y están las aportaciones más divertidas, que consiguen captar a un pingüino, animal con fama de torpe, como si estuviera haciendo surf; a un gran buho americano cubierto de nieve observando al fotógrafo con un solo ojo, escondido tras un árbol, o al ciervo que asoma después de una pelea con toda su cornuda cabeza cubierta de helechos secos.
La exposición se puede visitar, de martes a viernes, de 17 a 20 horas, y los fines de semana y festivos, de 11 a 14 y de 17 a 20.
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