Declaraciones del Papa

Tal y como sucedió durante la controversia de las viñetas de Mahoma, los comentarios del Papa sobre el islam y la reacción de algunos musulmanes están presentados como un capítulo más en la historia del choque de civilizaciones. Me niego a aceptar que se presente de esta forma.

Como araboparlante y alguien que ha vivido en países árabes, puedo afirmar que jamás he sido juzgado por un musulmán por mi origen o por las políticas de mi país, y siempre se me ha tratado con respeto y bondad. Sin embargo, en Europa todos los días veo que los musulmanes son juzgados por lo que gente que no sabe nada del islam ni ha conocido nunca a un musulmán piensa que representan.

En esta controversia, creo que todos pecan de criticar a los demás antes que a ellos mismos. Si el Papa quería señalar la incompatibilidad entre religión y violencia, la tradición cristiana ofrece suficientes ejemplos. Al mismo tiempo, muchos musulmanes se dejan llevar por la corriente que ningunea el papel de lo social y lo político en la historia del islam a favor de lo religioso, lo cual lleva a una visión sesgada de la historia y dificulta la autocrítica.

Sin esta autocrítica tanto por parte del Papa como de algunos musulmanes, el diálogo es imposible y se reduce al lamentable estado de arrojar acusaciones e insultos.

Ed McAllister. Oviedo.

Estamos en una sociedad donde se enseñan muchos valores y en la cual cabe resaltar la tolerancia. Hace unos días, el papa Benedicto XVI dio un mensaje donde expresaba una idea referente a la yihad, entendida ésta como violencia para imponer una doctrina. En ellas se observa una clara tolerancia hacia el islam, pero no así hacia la violencia. La violencia, sea del género que sea, es reprobable, y más aún cuando limita la libertad de la persona. La respuesta del mundo musulmán ha sido el rechazo a esta idea, incluso con violencia (lanzaron una bomba en una iglesia en Gaza). Con su actitud intolerante a otras ideas y retrógrada no han hecho sino confirmar lo planteado en el discurso. Espero que los imanes se replanteen su actitud y sepan enseñar su doctrina sin violencia, sin yihad.