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El presidente de Suráfrica busca a sus desaparecidos

La fiscalía investiga el paradero del hermano, el hijo y el primo de Thabo Mbeki y de otras 500 víctimas del 'apartheid'

Se llamaban Jama Mbeki, Kwanda Mbeki y Phindile Mfedti. Son tres de las más de 500 personas declaradas como desaparecidas ante la Comisión de la Verdad y la Reconciliación surafricana, instaurada durante la transición a la democracia (1994) para denunciar las atrocidades de los más de 40 años de apartheid. Son, respectivamente, el hermano, el hijo y el primo del actual presidente del Gobierno, Thabo Mbeki, y la fiscalía ha decidido reabrir la investigación sobre sus desapariciones.

"Yo y especialmente mi madre, lamentamos que la Comisión de la Verdad no tuviera éxito en desvelar la verdad de lo que pasó a nuestros propios familiares queridos", dijo el presidente en su última carta en el diario digital del Congreso Nacional Africano (ANC), en una muestra emotiva inusual en un hombre tildado de distante y reservado. La fiscalía lleva desde finales de 2003, cuando la Comisión finalizó sus trabajos, trabajando en la recuperación de los cuerpos de militantes antiapartheid asesinados por los servicios de seguridad y enterrados en lugares secretos.

Un ministro del Interior de la era del 'apartheid' se puso de rodillas ante algunos represaliados

En un primer momento se centraron en aquellos de cuyo paradero existían indicios para una rápida resolución. Hasta el momento, han localizado a una treintena. Entre ellos, los del llamado grupo Mamelodi 10: diez adolescentes atraídos por un infiltrado de los servicios secretos, drogados y maniatados en una furgoneta que se hizo volar con explosivos, después de horas de tortura.

En el caso de los familiares del presidente, no existen indicios. "Hay diferentes pistas, ninguna específica, pero aquellos que podían saber algo no fueron correctamente interrogados", explicó a los medios locales el portavoz de la fiscalía, Makhosini Nkosi. De la desaparición de Jama Mbeki hay diferentes versiones: que fue asesinado por los servicios secretos, o que murió en un campo de entrenamiento del ANC en Angola. Kwanda, el hijo que el presidente tuvo fruto de una relación adolescente antes de ir al exilio, desapareció en 1981 cuando pretendía reunirse con su padre en Europa.

Algunos de los que podrían ofrecer nuevas pistas son miembros de las anteriores fuerzas de seguridad amnistiados por declarar ante la Comisión. Tal vez lo hagan, influenciados por el ejemplo del ministro de Interior durante el apartheid, Adriaan Vlok, que ha causado una intensa polémica en las últimas semanas. Vlok, de profundas creencias religiosas, se arrodilló ante el reverendo Chikane, actual jefe de Gabinete de Presidencia y al que las fuerzas de seguridad a las órdenes de Vlok habían intentado asesinar, lo descalzó y le lavó los pies. También lo hizo ante las madres de los chavales del grupo Mamelodi 10.

Aquellos con creencias religiosas defienden a Vlok. Otros creen que es insuficiente y reclaman que diga toda la verdad. Vlok siempre ha negado conocer qué sucedía en el Vlakplaas, el temido edificio de seguridad cerca de Pretoria en el que los activistas eran torturados y asesinados. Reconoció, eso sí, que tenía que haberse interesado más por saber las actividades de sus subordinados, que hubieran sido prohibidas. El presidente Mbeki, de 64 años y sucesor de Nelson Mandela, defendió al ex ministro: "Como surafricano, me siento mejorado y fortalecido por las acciones y palabras de Adriaan Vlok".

El presidente surafricano, Thabo Mbeki, junto a su esposa, Zanele.
El presidente surafricano, Thabo Mbeki, junto a su esposa, Zanele.REUTERS

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