Regresos
Entre los muchos síntomas de que las vacaciones han terminado está que algunos conocidos de la tele también regresan. El lunes lo hicieron, por ejemplo, Iñaki Gabilondo o El Gran Wyoming, entre otros. También hubo novedades, como los informativos de La Sexta, y resurrecciones, como El precio justo (Antena 3), ancestral concurso que consiste en adivinar no lo que valen sino lo que cuestan en el mercado una serie de objetos, algunos de los cuales apenas puedes imaginar que existan. Un trastero de lujo, una égloga al consumo. Viéndolo recordaba un reciente y milimetrado reportaje de Callejeros (Cuatro) sobre el síndrome de Diógenes. A pesar del nombre, injusto con este filósofo cínico, la enfermedad consiste en acumular desperdicios de todo tipo que el enfermo contempla como joyas imprescindibles. Hubo imágenes pasmosas de pisos convertidos en almacenes invivibles de basura.
Otra buena píldora la suministró El intermedio (La Sexta). Primero encuestan a unos ciudadanos. Todos dicen que no somos racistas. Luego viene la prueba del algodón. Un español y un marroquí llaman a los mismos teléfonos para alquilar un piso. Cuando lo hace el primero, no hay problema. Cuando lo hace el segundo, lo rechazan. Unos con disimulo -"ya está alquilado"- y otros... porque no quieren que haga fuego en la casa.
De madrugada volvió Eva Hache y, el imprescindible, Quequé, que lleva la cartera, insólita en televisión, de la guerra de medios. Este Quequé se lee hasta los pies de foto. Una guerra que vale la pena ser contada y no la que se llevan, en otras cadenas, los hermanos Matamoros por asuntos insignificantes que agrandan a base de perrerías verbales. Una colega vio algo que no pude ver y me lo cuenta. En el regreso, otro, de ¡Mira quién baila! (TVE) debutó Carmen Martínez Bordiú. Ver en estos menesteres a la nieta de Franco ha levantado algún marramiau. La infografía la presenta lógicamente con sus apellidos, pero el director de la Academia alude a ella como "la señora de Campos", un circunloquio dudoso, ni que sea por hacer una ironía.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.