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Los suizos se registran con carné y sus datos se guardan dos años

Desde el 1 de julio de 2004 las restricciones al uso de telefonía móvil libre y, en particular, de tarjetas prepago se han incrementado notablemente en Suiza. Con anterioridad a esa fecha, los clientes que compraban un teléfono no estaban obligados a dar sus datos ni las compañías telefónicas a mantener un registro de clientes y llamadas. Fue entonces cuando el Gobierno Federal decidió cambiar las reglas de juego y obligar a todos los clientes y servidores a mantener unas bases de datos estrictas y puestas al día. Las medidas adoptadas incluyen cuestiones como la cesión de una carta telefónica prepago a terceras personas. En tal caso, el nuevo usuario debe darse de alta y declarar el número o, en el caso eventual de actividades criminales, el anterior poseedor del teléfono cargaría con las responsabilidades penales.

"La información sobre los clientes es conservada permanentemente", comentó a este diario André Simonazzi, responsable del Ministerio de Comunicaciones, "y la lista con las llamadas efectuadas y recibidas por el cliente es guardada por ley durante seis meses". Según estas reglas, los operadores telefónicos suizos están obligados a guardar esos registros y ponerlos a disposición judicial "en caso de delito o investigación sobre un sujeto". Simonazzi comentó que toda esta batería de medidas se introdujo como medida de seguridad "para poder reaccionar rápidamente a una nueva forma de criminalidad que optó por las tarjetas prepago como uno de sus sistemas favoritos de comunicación".

La adaptación al nuevo sistema no fue fácil para los usuarios helvéticos. "Hubo muchos problemas al comienzo porque no teníamos los datos de muchos de nuestros clientes", comentó Carsten Roetz, responsable de comunicaciones de la operadora telefónica suiza Swisscom, "lo que obligó a una intensa campaña mediática para concienciar a nuestros clientes de la necesidad de registrarse". El número de clientes de teléfonos prepago en 2004 era de 1.500.000, a los que se dio un "periodo de gracia" de tres meses para adaptarse a las nuevas medidas. Pasada esa fecha, "se bloquearon definitivamente los 100.000 números de los clientes que no se registraron".

"Hoy", prosiguió Roetz, "todo cliente debe estar registrado con datos válidos y carné de identidad en vigor y sus datos y llamadas se guardan durante dos años". Una de las características particulares de este sistema es que sólo puede comprar un teléfono prepago en territorio suizo un residente permanente, lo que evita el riesgo de que gente de paso se haga con un número suizo. Carsten Roetz concluyó: "En nuestro caso, estas medidas fueron una necesidad evidente vista la cantidad de atentados realizados con móviles de prepago, como fue el caso del 11-M en Madrid".

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