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Dos amigas de una víctima reconocen a la presunta asesina de ancianas de Barcelona

Dos mujeres reconocieron ayer a Remedios Sánchez, la presunta asesina de ancianas de Barcelona, como la persona que estuvo embaucándolas a ellas y a una de las supuestas víctimas, Josefa Cervantes Viudez, que acabó estrangulando. Las dos testigos explicaron que no tenían ninguna duda sobre la identidad de la acusada, que se encontraba presente en esa declaración y a la que miraron a la cara.

La más locuaz de las dos testigos que en la tarde de ayer pasaron por el Juzgado de Instrucción número 16 de Barcelona fue Dolores Cegarra, amiga de Josefa Cervantes, la primera de las cuatro mujeres que supuestamente fueron asesinadas. A la mujer le debe invadir un extraño sentimiento porque la víctima de la acusada bien podía haber sido ella y no su amiga, tal y como se desprende de las investigaciones policiales y como ayer explicó ella misma en el juzgado.

Fue Dolores Cegarra quien primero conoció a Remedios, a principios del pasado mes de junio, cuando se encontraba sentada en un banco del paseo Maragall de Barcelona con su amiga Enriqueta, que ayer también declaró ante el juez. Utilizando sus habituales artes de embaucamiento que describen muy bien los Mossos d'Esquadra en el atestado policial, Remedios logró que Dolores le permitiera acceder a su domicilio con la excusa de que se estaba orinando.

Después le pidió si le podía preparar una manzanilla y finalmente se acabó quedando a almorzar. A la hora del café fue cuando acudió Josefa Cervantes y se inició una conversación entre ellas. Remedios Sánchez, que se hacía llamar Mari, debió considerar que la anciana que acababa de llegar resultaba más vulnerable como víctima, entabló una rápida relación sobre la marcha con ella y se acabaron marchando juntas.

Llamada tras el crimen

Dos días después, el pasado 11 de junio, Josefa Cervantes fue hallada muerta en el comedor de su domicilio, ahogada con un tapete. El atestado policial relata que Remedios Sánchez, la supuesta asesina, tuvo la sangre fría de llamar a Dolores Cegarra preguntándole por la víctima cuando ya había sido descubierto el cadáver. Incluso la invitó a cenar al cabo de cuatro días, pero tanta amabilidad acabaron despertando las sospechas de la mujer y rechazó la propuesta.

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"Claro que es ella", dijo Cegarra al salir del juzgado. "Si hubiera hablado aún la habría conocido mejor, pero no ha abierto la boca", puntualizó. La ronda de declaraciones que se inició ayer proseguirá hasta el día 18 con la comparecencia de las supuestas víctimas que sobrevivieron a las agresiones de Remedios Sánchez, acusada de cuatro asesinatos y de otros cinco en grado de tentativa. Dada la edad avanzada de algunas de ellas, esas declaraciones se graban en CD para que, cuando llegue el día del juicio, sirvan de prueba preconstituida si fallecen en ese intervalo.

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