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Zapatero y Annan dicen que el despliegue en Líbano es clave para la paz mundial

El presidente y el secretario general de la ONU critican las prisiones secretas de la CIA

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, coincidieron ayer en que el despliegue de cascos azules en Líbano es una operación clave para la estabilidad del país afectado, para la reconducción del conflicto de Oriente Próximo y, por tanto, para la paz mundial. "Estamos donde tenemos que estar", dijo Zapatero, a quien Annan agradeció su apoyo político y el contingente que España aporta a la fuerza de la ONU. El secretario general se mostró optimista sobre el futuro de la operación.

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Al regresar de una amplia gira por los países más interesados en la región, incluidos Irán y Turquía, que enviará también soldados a Líbano, Annan presentó un panorama esperanzador del resultado de sus gestiones. Destacó que todos los dirigentes con los que se ha entrevistado, desde el presidente sirio, Bachar el Asad, al primer ministro israelí, Ehud Olmert, "están decididos a trabajar" para que la resolución 1.701 del Consejo de Seguridad "ayude" al objetivo de consolidar el Estado libanés y abra "la oportunidad de que se afiance la paz en Oriente Próximo".

También se mostró confiado en que Israel cumpla en pocos días con la exigencia de retirar sus tropas del país vecino, a pesar de que Olmert se mostró poco inclinado a hacerlo mientras la resolución citada no se haya cumplido totalmente, lo que implica el desarme de la milicia shií Hezbolá, imposible de inmediato.

Annan insiste en que está convencido de que Israel se retirará de Líbano en cuanto esté desplegada una fuerza internacional "creíble", lo que, dijo, no requiere los 15.000 soldados que integrarán finalmente el contingente de la ONU, sino los 5.000 que, afirmó, estarán sobre el terreno "para mediados de este mes".

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De todo esto habló ayer Annan en Madrid, en sendas entrevistas con el rey Juan Carlos y con el presidente Zapatero, que saludó también brevemente, en la misma mañana, al principal negociador iraní sobre el contencioso nuclear con Occidente, Alí Lariyani.

El enviado especial de Teherán, secretario del Consejo supremo de Seguridad Nacional iraní, regresaba a la capital española, que visitó hace sólo dos meses, para volver explicar la posición de su país tras haber rechazado la petición de la ONU de que suspenda las operaciones de enriquecimiento de uranio. Lariyani tenía que haberse entrevistado ayer en Viena con el alto representante de la UE, Javier Solana, mediador europeo, pero la cita quedó aplazada al sábado.

Rodríguez Zapatero declaró a la prensa que había reiterado al negociador iraní que la posición española sobre este tema coincide totalmente con la de la UE, que España rechaza cualquier desarrollo armamentista nuclear en Irán y que espera que el conflicto se resuelva por la vía de la diplomacia y el diálogo político. "Le he dicho que Javier Solana representa la garantía, el vértice de un posible acuerdo", añadió.

Annan volvió a mostrarse optimista en este caso. Informó de que, en sus conversaciones de Teherán, le quedó claro que Irán no se niega en redondo a suspender las actividades nucleares, sino que rechaza hacerlo antes de que comiencen las negociaciones. "El debate de la suspensión podría formar parte de esas negociaciones y se podría llegar a un acuerdo de suspensión después de las mismas, pero no puede ser un prerrequisito", precisó. El secretario de la ONU señaló, a continuación, que Irán "tiene la responsabilidad" de convencer al mundo de que sus intenciones son honestas y despejar las dudas que su programa nuclear ha suscitado.

El presidente del Gobierno insistió durante la rueda de prensa conjunta en el papel indispensable de la legalidad internacional y del sistema de Naciones Unidas como cauce para abordar cualquier conflicto. A esos mismos principios se remitió cuando se le preguntó su opinión sobre las cárceles secretas de la CIA, cuya existencia fue reconocida y defendida por el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, al conmemorar el quinto aniversario de los atentados del 11-S.

"La lucha contra el terrorismo sólo puede hacerse desde el Estado de derecho y la democracia, y ello no es compatible con la existencia de prisiones secretas o de métodos que desde luego no están dentro de lo que representan los elementos clásicos del Estado de derecho", dijo Zapatero. El presidente reclamó "garantías para todos, incluso para los presuntos terroristas".

Kofi Annan recordó que su posición y la de la ONU "ha sido muy clara: no se puede transigir entre la efectividad [de la lucha antiterrorista] y la protección de las libertades individuales". "Si se deterioran los derechos humanos, damos a los terroristas una baza que no pueden lograr por sí mismos", añadió.

En otro orden de cosas, el secretario general manifestó que "estudiará a fondo" y resolverá "pronto" la oferta española de que la ONU establezca en Manises una base logística para sus despliegues militares. Además, se reunió con el ex presidente Felipe González, y le pidió que se incorpore al Comité de Sabios que ha creado Naciones Unidas para impulsar la democratización de la República del Congo.

El Rey conversa con Kofi Annan, secretario general de la ONU, en el palacio de la Zarzuela.
El Rey conversa con Kofi Annan, secretario general de la ONU, en el palacio de la Zarzuela.ULY MARTÍN
El negociador nuclear iraní, Ali Lariyani, en Madrid.
El negociador nuclear iraní, Ali Lariyani, en Madrid.EFE

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