La calle de Princesa se reabre hoy al tráfico y cambia el sentido de circulación

La calle de Princesa se reabre al tráfico a última hora de la tarde de hoy después de haber permanecido cortada durante los últimos meses por obras de asfaltado y pavimentación de las aceras. La principal novedad del proyecto no es su nuevo aspecto, sino que se modifica el sentido de circulación de la vía. A partir de ahora, la dirección de la calle de Princesa será hacia la Via Laietana y el Barri Gòtic y no se podrá entrar en ella desde la Via Laietana. Los conductores que circulen por la Via Laietana en sentido mar pierden la única calle que les permitía girar hacia la izquierda. Este giro sólo estará autorizado en el principio y el final de la avenida. Concretamente, en la confluencia con el paseo de Isabel II y en la calle de Trafalgar.

Tras las obras, la superficie de una de las aceras de la calle de Princesa, la del lado montaña, se ha casi duplicado: ha pasado de tener dos metros de ancho a 3,80 metros. También se han renovado elementos del mobiliario urbano, como jardineras y bancos. La reformada vía contará con espacio reservado para carga y descarga y habrá más plazas destinadas al aparcamiento de bicicletas.

Carril bus en Via Laietana

El cambio de sentido de la calle de Princesa también ha obligado a modificar la señalización de Via Laietana, aunque las actuaciones en esta avenida no acaban ahí. Se ha señalizado un nuevo carril bus en sentido ascendente entre la plaza de Antoni Maura y la calle de Ortigosa, y también se ha prolongado el otro carril bus que hay en esta vía, en dirección mar y que ahora ocupará toda la longitud de la avenida.

Este proyecto tiene como propósito que el tráfico que circula por el interior de las zonas del Born, la Ribera y Sant Pere lo haga por las grandes avenidas que rodean la zona, como el paseo marítimo, la Via Laietana y las rondas que siguen el trazado de las antiguas murallas medievales. Con ello se persigue pacificar los movimientos en unas calles de por sí estrechas. El objetivo es que a las calles interiores de Casc Antic sólo puedan acceder los vehículos de los residentes. Para ello se instalarán lectores de matrículas.

Otro objetivo es incrementar el número de calles peatonales. Los impulsores del proyecto creen que, si se materializa en su totalidad, el Casc Antic se convertirá en el primer barrio en el que la prioridad en la circulación la tendrán los peatones y las bicicletas.