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Guerra a Maragall: "Sólo la derecha quiere un Estado residual"

Carlos E. Cué

Adorado por el público minero, que le ha escuchado durante más de 20 años, Alfonso Guerra, presidente de la Comisión Constitucional del Congreso, utilizó los pocos minutos que intervino en Rodiezmo para centrar el tiro en sus objetivos preferidos: el PP, los nacionalistas y Pasqual Maragall, al que nunca llegó a citar.

Guerra aprovechó unas recientes declaraciones del presidente catalán -quien sostiene que una vez aprobado el nuevo Estatuto de Cataluña, el Estado tendrá un carácter "residual" en esa comunidad- para polemizar con el socialista catalán rodeado de incondicionales guerristas. "Sólo la derecha quiere un Estado residual, para que los grupos económicos puedan campar a sus anchas. La gente con menos medios necesita un Estado fuerte. Un hombre progresista tiene que defender el Estado, que es el que protege a las clases desfavorecidas. El Estado residual sólo lo quiere la derecha y ahora se han apuntado a eso los nacionalistas. Pero hay que dejar claro que socialismo y nacionalismo no tienen nada que ver. El que es socialista no puede ser nacionalista". La gente aplaudía sin parar.

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Por si la andanada contra el aún presidente del Partido de los Socialistas Catalanes (PSC) no había quedado clara, el ex vicepresidente Guerra acudió a la crisis del aeropuerto de Barcelona. "Los derechos de los trabajadores tienen que ir acompañados de deberes. Hay que condenar lo del Prat, con espectáculo en las pistas de los huelguistas impidiendo el paso a los viajeros", explicó. "Pero claro, lo que ya rizó el rizo fue escuchar a los dirigentes del Gobierno catalán diciendo que para solucionarlo había que transferir a la Generalitat la gestión del aeropuerto", se quejó.

"Están emberrenchinados"

Estas críticas gustaron al público, pero aún más entusiasmo despertaron las rechiflas contra el PP. "Ya habéis visto como responde la derecha cuando hay una posibilidad de acabar con el terrorismo. Se les ha olvidado todo, que se reunieron con ETA, que hablaron de las armas de destrucción masiva, hasta que hubo una boda en El Escorial". La gente disfrutaba. "Es que están emberrenchinados. Hay que ver lo alegres que se les puso el cuerpo para mandar soldados a una guerra y lo triste que se les pone para mandarlos a la paz en Líbano. ¡Es que les gustan los tiros!".

Claro que no todo fueron rechiflas. Guerra se puso muy serio cuando comenzó a hablar de la crisis migratoria y quiso tocar la fibra sensible del auditorio para hacer pedagogía. "Los problemas reales que tenemos son el de la búsqueda de la paz y el de los movimientos migratorios. Hasta hace poco España mandaba gente a la emigración. Muchos aquí sabéis lo que es Bélgica, Suiza, y otros países. Es verdad que los inmigrantes pueden ser un problema, y hay que controlarlo, pero también pueden ser la solución a muchos problemas, como el de la natalidad".

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