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Reportaje:Mundial de baloncesto 2006

"Todavía tenemos mucho que aprender"

Krzyzewski, el técnico de EE UU, asume el desastre del equipo de la NBA, que lleva tres torneos seguidos sin ganar el oro

Robert Álvarez

Transcurren los años, dan vueltas y más vueltas a sus equipos, exigen mayor profesionalidad y entrega a los jugadores, pero la historia se repite torneo tras torneo desde que la primera selección estadounidense formada por la NBA sufrió su primer varapalo, hace cuatro, en el Mundial de Indianápolis frente a la de Argentina. Después de aquella derrota por 87-80 casi todo fueron desgracias para los combinados de la NBA, que pasaron más sonrojo que otra cosa en aquel Mundial de 2002. El equipo dirigido por George Karl, ex técnico del Madrid, con Paul Pierce, Jermaine O'Neal y Ben Wallace a la cabeza, sólo pudo concluir en la sexta plaza tras caer también ante Yugoslavia y España. Dos años después, en los Juegos Olímpicos de Atenas, más de lo mismo. El grupo, entonces capitaneado por Tim Duncan, Allen Iverson y Shawn Marion, sufrió tres nuevos revolcones frente a Puerto Rico, Lituania y Argentina y concluyó en la tercera plaza, ganando sólo la medalla de bronce.

"Estamos disgustados, pero no me atrevería a decir que avergonzados", confiesa Battier
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Sufrimiento triunfal

Esta vez, antes del Mundial de Japón, daba la sensación de que todo estaba mejor planeado y de que las perspectivas eran mayores. Los dirigentes de USA Basketball, la federación norteamericana, diseñaron un plan a tres años vista y lo encomendaron a toda una eminencia del baloncesto como Jerry Colangelo, un hombre que lo ha sido todo en los Suns de Phoenix y que también ha dirigido equipos de béisbol. Colangelo, a su vez, echó mano de un entrenador universitario de fama por sus resultados y por su seriedad, Mike Krzyzewski, y se pidió compromiso a los 24 jugadores que se enrolaron en el programa de la selección. Pero ayer, tras perder frente a Grecia, lo que dijo Krzyzewski no difirió mucho de las reflexiones de sus antecesores, Karl y Larry Brown, en parecidas circunstancias: "Se ha perdido contra un gran equipo. Asumo la responsabilidad de esta derrota. Todavía tenemos muchas cosas que aprender en el baloncesto internacional. Sabíamos cuando empezamos nuestro programa que iba a ser un largo viaje, no un paseo corto".

Colangelo ya había explicado cuando diseñó el plan a tres años vista, es decir hasta la conclusión de los Juegos Olímpicos de 2008: "Los países que tienen éxito en el baloncesto internacional son aquéllos que establecen un sistema de una cierta continuidad, con un equipo que permanece junto durante una generación", argumentó el técnico norteamericano. "Hasta ahora, Estados Unidos seleccionaba solamente a los jugadores disponibles o interesados por un torneo determinado, sin ninguna continuidad. Es algo que queremos cambiar", avisó. Sin embargo, de la lista inicial de 24 nombres confeccionada por Krzyzewski se descartaron muy pronto algunos tan estelares como los de Kobe Bryant, Pierce, Odom, Billups, además de otros que se lesionaron como Marion, Redd y Redick.

La derrota frente a Grecia indica que los males de la selección estadounidense van más allá de la escasa seriedad con la que algunos jugadores se tomaban su participación en los campeonatos de selecciones. No parece haber sido éste el problema esta vez. No se ha percibido ni el desinterés ni el desmedido aire de superioridad de las estrellas estadounidenses en Japón. Carmelo Anthony, Dwayne Wade, Lebron James y compañía lo han intentado, pero ni han sabido ni han podido superar a Grecia después de haberlo pasado ya mal frente a otras selecciones como Italia y Alemania. "Estamos disgustados, pero no me atrevería a decir que estemos avergonzados", admitió Battier, compañero de Gasol en la NBA durante cinco años; "estamos orgullosos de nosotros mismos, de la forma en que hemos competido".

Pese a la presencia en el cuerpo técnico de un hombre que conoce al dedillo el baloncesto internacional, como Mike D'Antoni, los entrenadores estadounidenses deberán admitir que sus colegas de otros países les están ganando ya demasiadas veces la partida. El talento de los jugadores de la NBA no acaba de exprimirse en la pista cuando enfrente se sitúa una buena selección internacional.

"Se ha demostrado que el baloncesto no es únicamente una cuestión de driblar y tirar. Nuestros jugadores actúan como un verdadero equipo. Espero que esta victoria los una todavía un poco más. Estoy orgulloso de ellos porque poseen carácter", fueron las reveladoras reflexiones del seleccionador griego, Panayiotis Yannakis, quien, por cierto, recordó lo mucho que aprendió como jugador cuando estuvo en la Universidad de Duke a las órdenes de Krzyzewski.

Carmelo Anthony (a la izquierda) y LeBron James, cariacontecidos.
Carmelo Anthony (a la izquierda) y LeBron James, cariacontecidos.REUTERS

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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