Premoniciones autoritarias

De cuando en cuando, al cine americano le entra una extraña fiebre de denuncia de los peligros del totalitarismo en su propio país (uno de los temas estrella del cine de ciencia-ficción: recordar Minority Report, por citar sólo un título). De eso va esta película brusca, ruidosa y alicorta: de una policía paralela que, como en cualquier país bananero, se dedica a "retirar" de las calles a maleantes y otros ciudadanos indeseables.

Eterna variación del tema del incorruptible cuarto poder enfrentado al despotismo, el filme grita mucho, gesticula más y utiliza una cámara no apta para cardiacos. La hacen, no obstante, no antipática un par de detalles: uno, un elenco en el que brillan los veteranos y siempre solventes Freeman y Spacey; dos, su propia voluntad de denuncia: que las instituciones terminen funcionando y abortando cualquier peligro no obsta para que se reconozca al menos el esfuerzo de contar una hipótesis posible en un país, hay que recordar, gobernado por Bush Jr y su panda.