"Todos los indicios apuntan a un nuevo caso de violencia de género"
Si se confirma que la mujer hallada muerta en María (Almería) es otra víctima de la violencia de género, habrán fallecido 14 mujeres por esta lacra en Andalucía en lo va de año. Tras este caso, todavía no aclarado, y el de Osuna (Sevilla), en el que un hombre mató a su mujer y a su hija embarazada, la consejera andaluza para la Igualdad y el Bienestar Social, Micaela Navarro, aboga por denunciar estas situaciones para que jueces, policía y administraciones puedan actuar con más eficacia.
Pregunta. ¿Es la fallecida de María una nueva víctima de la violencia de género?
Respuesta. No podemos afirmarlo porque hay secreto de sumario, pero cuantos más detalles conocemos más estamos en la hipótesis de que es un nuevo caso de violencia de género. Todos los indicios apuntan en esa dirección.
P. ¿Cómo puede ser que la Guardia Civil afirme que ha sido un suicidio y el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) que es un homicidio?
R. Hay veces que, ante la urgencia del caso, se dan respuestas con la mejor voluntad, pero con precipitación. No conocemos el resultado de la autopsia, pero parece que hubo lesiones y agresiones previas al suicidio.
P. ¿Contemplan un suicidio inducido por la agresión?
R. No se puede descartar que esa agresión previa fuera la que le provocara la muerte. A falta de la autopsia, lo que parece claro es que no ha habido un suicidio solo. Previo a ese suicidio, ha habido violencia.
P. El IAM afirma que la víctima sufrió malos tratos, pero el ex marido fue absuelto de esa acusación.
R. Esta mujer pasó por el centro de información hace tiempo, denunció la situación de maltrato y pidió la separación y el divorcio, que ya tenía. En muchos casos las sentencias absolutorias se producen porque no hay pruebas suficientes, no hay testigos. Es una violencia que se comete en el ámbito de lo privado y, aunque los vecinos escuchen al otro lado de la pared, no quieren saber nada habitualmente.
P. Cuando ocurre un nuevo caso, la pregunta que siempre se hace es qué ha fallado.
R. Creo que lo que falla en muchos casos es que no se da a las amenazas continuas la importancia real. No podemos bajar la guardia: cuantas más denuncias, con todos los detalles, habrá más órdenes de alejamiento y prisión.
P. En los casos de Osuna y María, los hijos han denunciado la actitud del padre tras los sucesos.
R. Hay inhibición. Los hijos de Osuna decían que el padre amenazaba con matarla como a un conejo. Hay que denunciarlo todo y por mucho apoyo familiar que se tenga, la víctima debe acudir a una casa de acogida.
P. ¿No es duro afirmar que sólo en una casa de acogida se garantiza totalmente la seguridad de las mujeres?
R. Es duro e injusto, pero es la realidad. Es muy difícil garantizar totalmente la seguridad de una persona cuando el agresor tiene localizada a la víctima. Ni las pulseras electromagnéticas, ni los teléfonos de emergencia hubieran servido en el caso de Osuna. La policía no hubiera podido evitar el asesinato.
P. En el caso de Osuna, ¿cree que la orden de alejamiento debía reforzarse con la prisión provisional del agresor?
R. La denuncia fue por violencia psicológica, no por agresiones. La juez actuó correctamente. Si la mujer hubiera contado lo que estaba sufriendo, hubiera adoptado medidas más duras.
P. ¿Le duele a la Junta que Andalucía encabece las estadísticas de violencia de género?
R. A la Junta le duele cualquier situación de violencia que viva cualquier mujer en cualquier punto de la geografía nacional. No voy a entrar en la estadística de si tenemos o no más población porque me parece absurdo mientras haya una mujer asesinada o maltratada.
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