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Paralizadas las obras de un 'parking' en el centro de Tarragona que fueron denunciadas al juzgado

El Ayuntamiento dice que ha habido problemas económicos en una de las empresas

La construcción de un polémico aparcamiento que el Ayuntamiento de Tarragona decidió ubicar en pleno casco histórico de la ciudad ha quedado paralizada. El motivo se debe a la falta de liquidez de una de las empresas, Sistemas Alem, explica el municipio, y a problemas técnicos para garantizar el buen funcionamiento del aparcamiento, en opinión de Veu Ciutadana, una entidad que denunció en su día la construcción de la instalación. Un directivo de aquella empresa negó ayer que haya problemas técnicos en la obra.

Por este caso están imputados tres ediles del Ayuntamiento desde el pasado abril por presunta destrucción de patrimonio e infracción urbanística. Se trata de la responsable de Patrimonio, Maria Mercè Martorell; el concejal de Urbanismo, Jordi Sendra, y el de Licencias, Santiago Pallàs. Los tres continúan imputados. Los denunciantes afirman que existen serios riesgos de que durante la excavación se destruyan restos arqueológicos relevantes.

La obra, en la plaza de Jaume I, fue denunciada ante los tribunales por Veu Ciutadana, que impulsa un grupo de tarraconenses y que declara tener como objetivo frenar los excesos de los políticos, sobre todo en el ámbito del urbanismo. La obra fue aprobada en la época en la que era teniente de alcalde de Urbanismo, Ángel Fernández (CiU), que dimitió por el escándalo urbanístico de Terres Cavades, que también está pendiente de resolución.

El alcalde de Tarragona, Joan Miquel Nadal, resta importancia al problema y lo ha definido como un "intríngulis interno entre empresas. Ni lo conozco ni me interesa", añade. No obstante, manifiesta que una de las empresas atraviesa por "una situación financiera no adecuada" y confiesa sentirse aliviado por haber actuado con cautela y no haber puesto todavía a la venta las plazas del aparcamiento. El alcalde asegura que no está "programado" para establecer la fecha en que prevé que se acabará la obra.

Fernando García, uno de los impulsores de Veu Ciutadana, afirma que el problema de la paralización de las obras del aparcamiento obedece a la ineficacia y la desidia de los responsables municipales. En concreto, dice que durante los trabajos de instalación del mecanismo del aparcamiento inteligente en el socavón construido para enterrarlo se han dado cuenta de que no cabe. "Es como intentar colocar en un Ford Fiesta el motor de un Mercedes", explica Fernández, quien califica la obra de chapuza. El presidente de la asociación Veu Ciutadana, César Segura, se muestra convencido de que no existe "ninguna" solución y que el polémico aparcamiento "va estallarle en las manos al Ayuntamiento".

El líder de la oposición en el Ayuntamiento de Tarragona, Josep Félix Ballesteros, del PSC, recuerda que su partido se opuso a una obra que considera disparatada por la ubicación dentro del perímetro de la antigua muralla romana, algo que dificulta la circulación por las estrechas calles del casco antiguo e hipoteca una futura peatonalización del mismo.

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El proyecto inicial ha pasado de 300 a 600 plazas

El socavón para soterrar el mecanismo de aparcamiento inteligente se tuvo que realizar mediante dinamita por ser un terreno rocoso, sin una excavación arqueológica manual previa; algo disparatado, a juicio de Veu Ciutadana, teniendo en cuenta que se halla en pleno casco histórico, en el corazón de la que fue la Tarraco imperial. Este es uno de los motivos de la denuncia contra el aparcamiento. No el único.

La asociación también ha pedido a los tribunales que se pronuncien sobre la modificación del proyecto inicial, que ha pasado de 300 a 600 plazas, lo que lo convierte en una construcción diferente de la que fue aprobada inicialmente.

La plaza en la que se ubica el aparcamiento tiene en uno de sus lados un edificio singular, el antiguo matadero, de estilo modernista, que actualmente ocupa el rectorado de la Universidad Rovira i Virgili. Su fachada queda semioculta desde un extremo de la plaza por la elevación del suelo realizada para soterrar el armazón del aparcamiento. Para que el edificio sea visible es imprescindible salvar unas escaleras que deslucen la plaza y forman parte de la polémica obra.

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