Vuelve a Mundaka la mejor ola de Europa

Mike Dobbos llegó a Mundaka hace nueve años. Dejó todo lo que tenía en Estados Unidos por una ola. La más larga de Europa. En este municipio costero de Vizcaya se sentía como en casa hasta que hace casi tres años, por un dragado en la ría del mismo nombre, la famosa ola "de izquierda" desapareció. Se acabaron los peregrinajes de surfistas de todo el mundo; el misterio de la ola transformó la apacible vida de un pueblo de apenas 1.800 habitantes y Mundaka dejó de ser el año pasado sede de una de las 12 pruebas del calendario del campeonato mundial.

La fuerza del mar, sin embargo, ha conseguido que las aguas vuelvan a estar pobladas de tablas de surf. La recuperación de la ola permitirá que los 48 mejores surfistas del mundo compitan de nuevo en Euskadi, entre el 3 y el 24 de octubre. La repercusión mediática y económica que representa esta prueba colocará otra vez a la pequeña localidad en el primer plano del panorama mundial del surf.

Mundaka volverá además a tener un verano de cuatro meses. "La pérdida de la ola trajo consigo la de clientes", comenta Jesús Alkorta, responsable de un establecimiento hotelero. El año pasado apenas tenían ocupado el 20% de las habitaciones. "Este año no hay ningún hueco hasta principios de noviembre". En su establecimiento se alojan muchos de los participantes en la prueba, gente venida de Brasil, Hawai o Australia.

"Mundaka es un lugar especial no sólo por su ola, sino también por el ambiente que se respira", llegó a decir el tres veces campeón del mundo, el hawaiano Andy Irons. Su presencia, y la de otros especialistas, como Joel Parkinson, Kelly Slater, Taj Burrow y Mick Fanning, convierte a este municipio, enclavado en la reserva de Urdaibai, en el paraíso europeo del surf durante el mes que duran las distintas mangas de la prueba. Cada día de competición el mirador de la playa se llena con una media de 10.000 espectadores.

La ola recuperada es una de las preferidas por los surfistas de todo el mundo. Rompe en la barra, junto a las rocas, y se estira en forma de tubo hasta el otro margen del estuario. Una ola de izquierda a derecha de más de 400 metros, en forma de tubo, que se genera por la arena. Algunos surfistas no quieren lanzar las campanas al vuelo. "La situación, aunque ha mejorado con respecto a otros años, no es perfecta", comenta un joven, sentado con su tabla en la playa porque el mar está como un plato. El cántabro Dani García, uno de los surfistas españoles más reputados, matiza que en agosto no haya oleaje: "Las marejadas fuertes llegan en septiembre, y sobre todo en octubre, justo para el campeonato". García no tiene ninguna duda sobre el regreso de la ola. En primavera ya dio visos de ello. "Ha vuelto por sus fueros, quizá mejor que antaño". Su opinión la corrobora un estudio que el Gobierno Vasco encargó a la Universidad del País Vasco para dar una respuesta científica al desarrollo de la mítica ola. El estudio apuntaba como causa del problema el vertido arenoso efectuado en la playa de Laida en 2003. Antes, cuando se dragaba, la arena se utilizaba para rellenar la barra. En los últimos años se usaba para recuperar las dunas de la marisma. "La ola rompía más cerca de la playa y no tenía aquella fuerza", comenta un surfista. Ahora, la naturaleza ha devuelto lo que la mano del hombre estropeó. La ola de Mundaka ha resurgido y con gran estruendo.