Esto no es jauja

Esto no es jauja, esto es la Vuelta. O, mejor dicho, esto no es Jauja, esto es Córdoba. El desvío de Jauja lo dejamos atrás en un momento indefinido de la etapa. Yo, discúlpenme los jaujeños o jaujianos o como se diga, no tenía ni la más mínima idea de que existía un pueblo así llamado en la provincia de Córdoba. La verdad es que, en realidad, ahora tampoco lo sé. Ni he visto el pueblo ni allí he estado. Pero, haciendo un acto de fe y fiándome de las indicaciones viarias, resulta que sí, que Jauja existe y que no está muy lejos de donde ahora estoy. De lo que no hay duda es de que -entre otras muchas cosas, claro está- hay olivos y chicharras. Los primeros los vi y a las segundas las oí. De eso sí que doy fe.

Ayer, además de la nuestra, hubo carrera de Fórmula 1. Hablan maravillas los entendidos de los frenos de los monoplazas. Ya saben, que si provocan en los pilotos una deceleración brutal y ese tipo de cosas. No deben de conocer los ingenieros la pista de emergencia que hay en la autovía Málaga-Granada un poco antes de Antequera. En ella se metió ayer un ciclista, Walter Beneteau, y tocar con su rueda delantera la gravilla de la pista y salir él en vuelo rasante fue todo uno. Ni décimas de segundo. Yo creo que aquello, de haberse medido -ya no hay oportunidad, fue algo único-, tenía que haber sido al menos en centésimas. No se hizo gran cosa, pero la caída fue de lo más espectacular, aparte de graciosa, aunque eso ya tiene más que ver con el sujeto en sí que con el hecho propiamente. Pero, bueno, ésa es otra historia. Bastantes kilómetros más tarde, un poco después del cruce a Jauja, fui testigo de cómo Beneteau enseñaba -entre risas- a un compañero las consecuencias del aterrizaje: el maillot manchado y una pequeña rozadura en su muslo izquierdo. Él se reía mientras yo, aún con la nube de Jauja rondando en mi memoria, le dije de un modo imaginario -es decir, me dije a mí mismo como si me dirigiera a él-: ¿Qué te has pensado? ¿Que esto es jauja? Pues verás tú cuando te metas en la ducha y empieces a bailar. No, amigo; esto es la Vuelta, esto no es jauja.

Jauja es también, según Google, una ciudad peruana famosa desde la época colonial por su belleza, la fertilidad de sus tierras, sus aires saludables y las productivas minas de oro que allí se encontraban. De ahí el origen de la expresión "esto es jauja", que se aplica cuando algo es un paraíso o presenta unas condiciones favorables.

No, amigos; esto es la Vuelta, esto no es jauja. Ayer ganó Bettini y el nuevo líder es Hushovd, arrebatándole el maillot a Sastre. Si alguien se cree que ganar aquí es fácil, se equivoca. No, esto no es jauja, aunque justo ahora no estamos precisamente lejos.