La decadencia de los mercados de barrio
Seis de los 24 mercados de barrio de Valencia han cerrado y 1.600 comerciantes han dejado el oficio en dos décadas
A Lola no le falta espacio pero tampoco le sobran clientes. Desde hace cinco años esta mujer de 66 años es la celadora y la única vendedora del mercado municipal de la Malva-rosa. Su pequeño negocio es un oasis de pollos y fiambres en medio de la pampa comercial y a su alrededor sólo quedan pasillos baldíos y el hermetismo de las persianas metálicas de los puestos clausurados. "Algunos se pusieron enfermos, otros se marcharon por falta de perspectivas y al final me he quedado sola", se lamenta.
El ocaso del mercado de la Malva-rosa es sólo un ejemplo. En los últimos 20 años se han cerrado 6 de los 24 mercados de barrio de Valencia, 1.600 comerciantes han tenido que abandonar el oficio y el número de paradas se ha reducido significativamente en la ciudad. Ante esta situación, unos hablan de falta de "políticas activas" y "carencia de servicios", y otros abogan por dejar atrás el pequeño mercado tradicional "sin rentabilidad" e impulsar las fórmulas mixtas de mercado y supermercado.
El presidente de la Federación de Mercados Municipales de la Comunidad Valenciana, José Pérez Acevedo, tilda el panorama de "desolador" y lo atribuye a la "nefasta actuación" del concejal de mercados, José Luís Juan. "Faltan servicios, aparcamientos y una buena conexión del transporte público con los mercados. Además, es necesario regular el sector para que la densidad y la ubicación de la superficie comercial sea equilibrada", afirma. Acevedo sostiene que, mientras en Barcelona la media de metros cuadrados de suelo comercial por cada 1.000 habitantes es de 142 y en Madrid de 125, en Valencia, la relación es de 265 metros por cada 1.000 habitantes. También denuncia la proliferación "incontrolada" de supermercados y grandes operadores que ha hundido la cuota de facturación de los mercados municipales valencianos en relación con los productos perecederos del 68% al 36% entre 1999 y 2005.
José Luís Juan, sin embargo, se niega a hablar de crisis. "Es cierto que hay menos paradas pero no se ha perdido ni un metro cuadrado de superficie". El concejal asegura que los espacios pequeños se han quedado obsoletos y que la fórmula que funciona es aquella en la que convergen "menos paradas y de mayor dimensión". El responsable de mercados afirma que el gobierno popular ha hecho un gran esfuerzo económico en los últimos 15 años y ha invertido un 528% más entre 1991 y 2005 que entre 1978 y 1990. Los socialista Vicenta Lloris le replica: "La crisis del gremio se deriva de la mala gestión de los recursos financieros por parte del Ayuntamiento". En en vez de "tantas campañas de publicidad y de promoción", añade Lloris, se deberían "modernizar y especializar" los mercados. "Poder comprar por Internet o generalizar el servicio a domicilio", cita a modo de ejemplo.
Mientras, Lola está convencida de que su mercado tiene los días contados pero defiende las virtudes de un espacio social que actúa como "terapia de grupo". "Los mercados no pueden desaparecer porque son la píldora contra todos los males", sentencia.
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