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Reportaje:Alcaldes a pie de obra

Obras en un centro para los ciudadanos

Luis Barbero

Sevilla está patas arriba. La coincidencia de dos grandes obras (la línea 1 del metro y el tranvía que atravesará el corazón de la ciudad) ha llevado a la capital a una situación, por momentos, caótica. En los últimos meses, los sevillanos han tenido que convivir con grandes atascos, cortes de calles, desvíos, aceras levantadas o ruidos. Los vecinos claman por el fin de las obras, los taxistas braman contra la decisión de peatonalizar alguna de las principales arterias del centro, los turistas miran asombrados los socavones, los comerciantes ponen el grito en el cielo por una supuesta pérdida de ganancias... Casi todos protestan y todos señalan con el dedo acusador al alcalde de Sevilla, el socialista Alfredo Sánchez Monteseirín, quien defiende con ardor sus proyectos.

La coincidencia de las obras del metro y del tranvía ha obligado a los sevillanos a convivir con atascos, desvíos, aceras levantadas o ruidos
"El corazón de la ciudad, para seguir latiendo, necesita una intervención profunda y definitiva, no un parcheo", afirma Monteseirín

LAS QUEJAS "Los que ahora critican, luego se van a alegrar"

El regidor se muestra comprensivo ante las quejas o el enfado de los sevillanos por las molestias que causan las dos grandes obras. "Es lógico, sobre todo si se mira a corto plazo", dice. Por este motivo, el alcalde pide altura de miras y que se valore la revolución que va a sufrir la movilidad en la ciudad. "Estoy convencido de que muchos de los que ahora critican lo que estamos haciendo luego se van a alegrar y dirán que habrá merecido la pena el sacrificio".

El alcalde sostiene que en los próximos meses las máquinas irán desapareciendo de las calles y la ciudad, poco a poco, irá recuperando su pulso normal. "Este otoño e invierno los sevillanos van a pasar de sufrir las obras a disfrutar de los resultados de las obras. Vamos a recuperar los espacios que estaban interferidos y a entregárselos a los ciudadanos".

LA PEATONALIZACIÓN "Es la manera de salvar el centro de la ciudad"

La construcción del metrocentro, el tranvía que unirá la Plaza Nueva con el Prado de San Sebastián, va a implicar la peatonalización de la Avenida de la Constitución, lo que ha causado una enconada polémica con los taxistas y, en menor medida, con los comerciantes. La limitación de los coches a los centros históricos es una medida que están adoptando las grandes capitales y Sevilla no se quiere quedar atrás. Pero si algo le está costando al gobierno local es hacer pedagogía con los beneficios que tendrá este proceso. "El corazón de la ciudad, para seguir latiendo, necesita una intervención profunda y definitiva, no un parcheo. Ese tratamiento es la peatonalización y la apuesta por el transporte público. Es la manera de salvar el centro de la ciudad", afirma el alcalde, quien intenta espantar los fantasmas que agitan determinados sectores de la ciudad: "Los grandes beneficiarios de la peatonalización van a ser todos los que viven del centro. Los comerciantes, los taxistas, los propietarios de hoteles, restaurantes o bares...".

Para Monteseirín, las obras "no son el problema, sino la solución" a la invasión del centro por parte de los coches. "Para salvar las esencias de Sevilla, que no son otras que la convivencia en la calle, el disfrute común de los espacios públicos, había que hacer lo que estamos haciendo".

LA OTRA SEVILLA "Hay quienes se consideran propietarios de la ciudad"

En una ciudad en la que determinadas costumbres están tan enraizadas, introducir cambios siempre es complejo. De ahí que el alcalde entienda que haya gente que interprete las "oportunidades como amenazas". Lo que no entiende es que haya otros que sepan que la apuesta por el metro y el tranvía es positiva y, en cualquier caso, se opongan. "No están en contra de lo que hacemos ni de cómo lo hacemos, sino de quienes lo hacemos. Hay gente que cree que la ciudad debe ser gobernada no por aquéllos que el pueblo elija sino por los que se consideran propietarios de la ciudad", afirma Monteseirín. ¿Y quiénes son? Según el alcalde, "los poderosos", que no aceptan que se esté "cambiando el funcionamiento tradicional de la ciudad".

PLAZOS Y ELECCIONES "Nuestras prisas tienen que ver con la Semana Santa"

Cuando se ejecuta una obra, sobre todo de gran envergadura, se sabe cuando empieza, no cuando acaba. Y Sevilla lo está sufriendo en sus carnes. La construcción del metro, dependiente de la Junta, acumula ya meses de retraso y el alcalde no se atreve a pronosticar la fecha de su puesta en funcionamiento. Más seguro se muestra sobre el primer viaje del tranvía: verano de 2007. Las obras, no obstante, estarán casi culminadas en Semana Santa y antes de la celebración de las elecciones municipales del próximo año. "Hay quien dice que tenemos prisa por las elecciones, cuando nuestras prisas tienen que ver con el calendario festivo de la ciudad. Las obras tienen que estar antes de Semana Santa. Esta obra había que hacerla entre la Semana Santa de 2006 y la de 2007", afirma.

El alcalde sostiene que Sevilla está en un proceso de transformación similar al que vivió en los años previos a la Exposición Universal de 1992, impulsada por los socialistas, pero que vivieron su celebración en la oposición. Monteseirín dice haber aprendido la lección de aquella época y añade que la transformación del centro ha ido acompasada de una importante mejora en los barrios.

ZANJAS A TUTIPLÉN "Las obras se hacían ahora y de esta forma o nunca"

La concentración de dos grandes obras, más otras menores, en un mismo periodo es una de las cuestiones que más se ha reprochado al gobierno local. Las zanjas a tutiplén han obligado a cambiar rutinas, sobre todo a los conductores, y causan importantes embotellamientos. Pese a las críticas recibidas, incluidas de miembros de su partido, el alcalde de Sevilla defiende que éste era el momento para afrontar estas obras. "Se hace cuando se puede hacer, cuando se han dado las condiciones objetivas y se ha aprobado la planificación general de la ciudad".

Parafraseando al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, Monteseirín afirma que "el poder es un buscador incansable de excusas para demorar la solución de las tareas difíciles". Y concluye: "Estamos haciendo lo que tenemos que hacer cuando hemos podido y va a merecer la pena. Las obras eran ahora y de esta forma o nunca".

Sánchez Monteseirín, en la terraza de su despacho del Ayuntamiento, desde donde se ven las obras en la Avenida de la Constitución.
Sánchez Monteseirín, en la terraza de su despacho del Ayuntamiento, desde donde se ven las obras en la Avenida de la Constitución.GARCÍA CORDERO

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Sobre la firma

Luis Barbero
Es subdirector de Actualidad de EL PAÍS, donde ha desarrollado toda su carrera profesional. Ha sido delegado en Andalucía, corresponsal en Miami, redactor jefe de Edición y ha tenido puestos de responsabilidad en distintas secciones del periódico.

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