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Reportaje:

Una corriente ética en el Estrecho

Margot Molina

Los testigos suelen ser incómodos pero no es éste el caso. En la dehesa de Montenmedio (Vejer de la Frontera, Cádiz) han sido invitados a presenciar lo que ocurre en una brecha que separa dos mundos y que se llama estrecho de Gibraltar. Sus testimonios, como sus lenguajes, son dispares pero hay conceptos que se repiten como las corrientes de los dos mares que se encuentran en ese punto, en el que se acaba la irrealidad del bienestar y comienza la realidad de la desesperanza. Incomprensión, injusticia, pobreza, fronteras, muerte, pero sobre todo ilusiones

El camerunés Pascale Marthine Tayou, la china Shen Yuan, la bosnia Maja Bajevic, el argelino Adel Abdessemed y el sevillano Jesús Palomino son algunos de los nueve artistas a los que la Fundación Montenmedio Arte Contemporáneo (NMAC) ha invitado a ser Testigos-Witnesses de lo que ocurre en el área geopolítica en la que se asienta la fundación, un proyecto que funde arte y naturaleza a través de encargos a artistas internacionales para que creen obras que se exhiben al aire libre sobre 30 hectáreas de pinos piñoneros, acebuches y sabinas del bosque mediterráneo. Esta nueva entrega es la tercera que se incorpora a la colección de la NMAC desde que nació en 2001 y que cuenta actualmente con 22 proyectos.

Los búnkeres alojan ahora obras que cuestionan el principio que los inspiró: las fronteras
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La propia NMAC, una fundación privada que dirige Jimena Blázquez, está ubicada en antiguos terrenos militares en los que los búnkeres, construidos para vigilar el Estrecho y la costa marroquí, alojan ahora obras que cuestionan el principio que los inspiró: las fronteras. El denominador común de estas piezas es una decantación por la ética antes que por los valores estéticos.

Uno de estos edificios militares alberga Esculturas para ciegos, de Maja Bajevic, que nació en Sarajevo en 1967 y reside en París. El espectador penetra en un espacio totalmente oscuro, que tiene que cruzar evitando los obstáculos, para llegar a otro habitáculo y contemplar un vídeo realizado en Tánger y en el que inquietantes imágenes de la ciudad actual se intercalan con otras de la película Casablanca. Es un viaje en patera que termina en tragedia. Los restos del naufragio pueden verse tras la proyección, cuando el visitante sale armado de una linterna y encuentra un espectáculo desolador sobre la arena.

Otro búnker acoge Tú también puedes caminar, una pieza en la que Cristina Lucas (Úbeda, Jaén, 1963) ahonda en las desigualdades de género a partir de escenarios cotidianos del pueblo de Vejer en los que coloca a perros amaestrados que andan sobre dos patas. La artista, quien en 2004 participó en la muestra El real viaje real que comisarió Harald Szeemann, parte de una cita de Virginia Woolf en Una habitación propia: "Una mujer que compone es como un perro que anda sobre sus patas traseras. No lo hace bien, pero ya sorprende que pueda hacerlo...".

Testigos-Witnesses sale del bosque para transmitirse a través de las ondas de la radio local de Vejer. Jesús Palomino (Sevilla, 1969) reúne en un programa de radio a personas que trabajan en ambas orillas y mientras ellos desgranan sus ideas bajo el epígrafe: "Un proyecto de acción radiofónica para la descongelación de la historia", las palabras "historia" y "amistad" (ésta en árabe) escritas en hielo se descongelan juntas. La metáfora social es también el núcleo de la obra del danés Jeppe Hein (Copenhague, 1974) que ha repartido sus 11 modelos de Bancos sociales modificados por todo el bosque. Sus esculturas son bancos en los que la gente no puede sentarse, muebles imposibles y divertidos que hablan de marginalidad.

Cubo Cádiz, la obra del alemán Gregor Schneider (1969), impresiona por su dimensión y el lugar que ocupa, al centro de un descampado con el perfil de Vejer al fondo. La estructura recubierta de tela blanca de 10 - 10 metros guarda relación con los cubos negros que Schneider proyectó para Venecia, en 2005, y Berlín, en 2006, pero que no llegaron a realizarse por temor a posibles reacciones del mundo islámico ante su parecido a la Kaaba, la torre sagrada central en La Meca. El artista reitera que su obra es "un monumento conmemorativo para la paz entre las culturas".

Los problemas de los emigran

tes que no conocen el idioma del país al que llegan inspira Bridge, el delicado puente de cerámica de la china Shen Yuan (1959). Un material totalmente distinto, el alambre de espino, sirve a Adel Abdessemed (Constantinopla, 1971) para expresar la misma idea: incomunicación, fronteras que no se sabe si protegen o encierran.

Tu discreción revelada, una obra que se basa en el principio de imagen invertida de la fotografía, es la propuesta del danés Olafur Eliasson (1967) en la que abunda en la relación entre naturaleza, arquitectura y tecnología y plantea la alteración de la percepción de la realidad. Mientras que el camerunés Pascale Marthine Tayou (1967) ha optado por juntar objetos cotidianos de su país con otros de Cádiz en Plan-Zone en una enorme estructura de hierro redonda de la que cuelgan calabazas huecas, fregonas o cucharas de palo símbolo de las emociones que comparten las gentes de las dos orillas.

Testigos-Witnesses. Fundación NMAC. Carretera N-340, kilómetro 42,5. Vejer de la Frontera. Cádiz. Hasta el 31 de octubre.

'Bridge' (2006), puente de cerámica de la escultora china Shen Yuan.
'Bridge' (2006), puente de cerámica de la escultora china Shen Yuan.GARCÍA CORDERO

Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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