Crecer, único objetivo

El entrenador del Sevilla, Juande Ramos, es un hombre poco dado a las palabras y que a veces parece parapetarse detrás de su discurso. Pero lo que no puede negar es que la gran temporada que realizó su equipo la pasada campaña, en la que consiguió su primer título europeo y el quinto de su historia, ha logrado que se vea con más fuerza con vistas a la inminente, que debería ser la de la confirmación.

Para empezar, el campeón de la Copa de la UEFA no sólo se tiene que enfrentar al Barça, el equipo que mejor lo hizo el pasado curso, sino el que ha demostrado durante la pretemporada estar a mayor altura. "El Sevilla tiene que jugar el partido perfecto y esperar que a ellos les suceda lo contrario, ya que con los futbolistas que tienen, si les sale un día brillante, son imparables", asegura Ramos; "tienen un juego muy identificado. Todos sus futbolistas están acostumbrados a esa manera de jugar y, salte al césped el que salte, ofrecen un rendimiento muy parecido. Ésa es su principal virtud. Nosotros estamos aquí para impedir que esto suceda".

Y es que el Sevilla es otro. El triunfo europeo y los 51 millones de euros que recibió del Madrid el pasado verano por los traspasos de Baptista y Sergio Ramos han contribuido a que la cartera no le pese tanto. Este verano ha sido el primero en ocho años en el no ha tenido que vender al mejor de sus futbolistas por cuestiones económicas. "Está claro que la entidad se ha marcado el objetivo de crecer. Este año contamos con un equipo más completo aún que el del pasado. Tenemos una plantilla muy competitiva con dos jugadores por puesto de un nivel muy parecido, lo que es una gran tranquilidad para cualquier entrenador", sostiene Ramos.

El buen rollo en el Sevilla es tal que hasta Ramos prefiere olvidarse de su desabrida rueda de prensa en Eindhoven, inmediatamente después de que el club lograra el mayor éxito de su historia, en la que se dedicó a ajustar cuentas, a recriminar a todos aquéllos que no habían confiando en él a su llegada al club. "Hombre, fue una transición difícil, ya que el Sevilla había estado mucho tiempo con un técnico

[Joaquín Caparrós, 2000-2005]. Cuando llega uno nuevo, que hace las cosas distintas, ese periodo es difícil, como ocurrió. Ahora estamos en otra fase y tampoco conviene remover nada", matiza.

Además, tras las incorporaciones del danés Poulsen, el alemán Hinkel y el uruguayo Chevantón, Ramos cuenta con una plantilla de su total agrado y confianza. Hasta tal punto es así que no le importa fijarse objetivos aún mayores a los ya conseguidos: "Nuestra obligación e ilusión es hacerlo mejor que el pasado año. Eso supondría, como mínimo, clasificarse para la Champions, reeditar el éxito en la Copa de la UEFA o luchar por la Liga".