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Tribuna:RECUPERAR LA MEMORIA HISTÓRICA
Tribuna
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El bombardeo del 25 de agosto de 1938 en Torrevieja

Seguramente ese día, en la cola del pescado, Rafael no podía suponer lo que le caería encima. Ángeles, su madre, estaba en casa con su hermana y su hermano, y tampoco podía saber que aquel estruendo del cielo vomitaría muerte en unos segundos. Eran ajenos a cualquier contienda. Eso sí, sufrían la escasez, la miseria y el dolor, como casi todos en Torrevieja.

Cayeron 27 o más, quien sabe. Venían de Italia, de la Italia de Mussolini. ¿Cómo imaginar ahora ese país de sol y madonas, de arte y de música, lanzando bombas asesinas sobre mi pueblo? Imposible. Buena parte de la carga mortífera fue a parar al mar. Pero las otras lograron encontrar 19 vidas. Era el 25 de agosto de 1938. Había transcurrido dos años desde el levantamiento de una parte del ejército en contra de la República española. Franco y sus aliados macabros llevarían la muerte y la represión hasta los límites que todos conocemos o eso creía.

Nuestra intención es devolver a la luz lo que otros han conseguido sepultar tras años de gobierno. El año 2006 ha sido declarado Año de la Memoria Histórica por el Congreso de los Diputados con el PP a la contra. Aquí, en mi pueblo, el PP se ha negado a conmemorar no sólo el 75 aniversario de la República sino el reconocimiento a los torrevejenses asesinados en aquel bombardeo. En el archivo municipal no consta el 25 de agosto de 1938. Incluso nos espetaron cuando requerimos información a los empleados públicos que no se debía remover la historia. Olvidar. Ya no es hora, decían.

El alcalde, durante el pleno, mandó refugiar nuestro reconocimiento en el anonimato de la calle Concordia de nuestra ciudad a guisa de fosa común. Y es que en los bancos del salón plenario se sientan todavía hoy concejales que antaño llevaban el uniforme falangista. Algunos lo siguen llevando, pegado a flor de piel, debajo de la aún reciente chaqueta de demócrata.

En el despacho municipal de Izquierda Unida vienen apareciendo, pegados a la puerta o deslizados por un resquicio, panfletos alegóricos a los fusilamientos de Paracuellos del Jarama. Anónimos pero preocupantes. En el interior de la casa consistorial torrevejense se pasean pues, libres e impunes, los fantasmas de la extrema derecha. No nos piden concordia y olvido: nos exigen silencio. A los entierros lejanos y fugaces de esas 19 víctimas, les pesa ahora la losa de un sepulcro callado y desmemoriado. El PP ha levantado una tapia indignante de intolerancia y rencor más alta y más infranqueable que las de ladrillo que separan el cementerio de las urbanizaciones. Ni siquiera en la muerte nos otorgan a todos la igualdad. Ni un triste padre nuestro. Ni placas, ni flores, ni siquiera un recuerdo.

Aquel 25 de agosto de 1938, Ángeles, mi abuela, no sabía que ese estruendo le quitaría la vida en unos segundos. Tenía 33 años. Mi tío Manuel, con 10 meses de edad, murió en su regazo, supongo. Mi tía de 10 años no andaría lejos de ellos cuando la bomba estalló y reventó la casa. Mi tío Rafael logró refugiarse en la cola del pescado del ametrallamiento indiscriminado y José Montesinos, el Gato, rescató a Carmen, con 2 años, mi madre, de los escombros todavía humeantes. Así murieron 19 personas, 19 torrevejenses. Y no hay datos en el Archivo Municipal de Torrevieja. No hay 25 de agosto de 1938 en los archivos torrevejenses y lo más triste: no hay ninguna intención de que los haya.

A la memoria de: Ángel García Coello, Francisco Hernández Hernández, Francisco Desamparado Moreno, Antonio Moreno Guardiola, Joaquina Antolinos Zapata, María Antonia Moreno Antolinos, Rafael Clemares Sala, Ángeles Cerezuela Guardiola, Ángeles Andréu Cerezuela, Manuel Andréu Cerezuela, Anastasio Blanco Ballester, Cayetano Sánchez Sanz, Francisco Desamparado Sánchez, María Quer Piorno, Mercedes Martínez Blesa, Josefa Alar Linares, Concepción Aracil Rives, Francisca Vidal Baños, Rosario Alonso Mendiluces y de todos sus familiares.

José Manuel Martínez Andreu es concejal portavoz de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Torrevieja

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