Teulada, un ejemplo de integración
Más de la mitad de los habitantes de esta localidad alicantina son extranjeros, y cinco de ellos, concejales en el Ayuntamiento
Los ingleses, alemanes, holandeses y franceses que desde hace décadas se han instalado en el litoral alicantino ya no dedican todo su tiempo a disfrutar del sol y las playas. Desde 1999, cuando la Ley Electoral extendió el derecho de sufragio a los extranjeros comunitarios, también participan en la vida política de sus municipios e incluso representan al pueblo en calidad de concejales. En algunos casos, estas comunidades decidieron que una vez creadas sus propias asociaciones, clubes de golf, colegios y pubs, había llegado la hora de constituir partidos que defendieran exclusivamente sus intereses. Otros optaron por integrarse en partidos españoles, como ha sucedido en Teulada, a 80 kilómetros al norte de Alicante, donde cinco de sus 17 concejales nacieron fuera de España. Cuatro de ellos son del PP, que gobierna con mayoría absoluta. El único edil extranjero en la oposición es Anthony Tatnell, de Unidad Local Ciudadana (ULC), y que es hermano de Sylvia Tatnell, segunda teniente de alcalde y concejal responsable de las áreas de Bienestar Social, Juventud y Sanidad.
Tatnell y sus compañeros en la Junta de Gobierno, el alemán Jürgen Buschmann, la francesa Chantal Giron y la holandesa Gabrielle (Gaby) Grüber, se muestran convencidos de que el reconocimiento del derecho al voto ha mejorado la integración de los extranjeros comunitarios en el tejido social de Teulada. Pero la ampliación del sufragio a los no comunitarios suscita respuestas llenas de matices. La concejal de Sanidad, al igual que Giron, prefiere que la medida se aplace a las elecciones de 2011, porque le parece "precipitada". "Lo entiendo desde un punto de vista humano, pero es un derecho que hay que agradecer y ejercer de manera correcta, y no sé si esa gente está preparada. Los europeos hemos madurado ese aspecto durante años", precisa Giron. Tatnell cree que, en el caso de los vecinos de origen árabe, es necesaria una "mayor integración" de la mujer. Su colega alemán se muestra más favorable a la iniciativa, "porque una persona que puede votar se interesa más por el municipio". ¿Con la obligación de hablar español? "Deberíamos hacerlo todos, incluidos los comunitarios", subraya Tatnell, que admite que sus compatriotas británicos, al fin y al cabo, son los que menos se interesan por aprender el idioma.
Los concejales de Teulada, una población "sin problemas graves de convivencia", se esfuerzan por aclarar una y otra vez que representan "a todo el pueblo" y que se preocupan de evitar que los extranjeros formen guetos donde los británicos o alemanes puedan trabajar y salir de compras sin necesidad de hablar ni una palabra de español.
Tatnell, de hecho, teme que los no comunitarios terminen formando opciones políticas propias, como ya han hecho los británicos: "Es un grave error. Detrás de esos partidos hay personas que quieren cambiar el sistema e imponer sus criterios, cuando lo que se debe fomentar es el respeto a la cultura española".
Pero el objetivo no es tan sencillo. Grüber advierte de que el aprendizaje del idioma nativo sigue representando una barrera para la integración de muchos ciudadanos, sobre todo los de mayor edad. En cualquier caso, los cinco concejales foráneos de Teulada ya han superado esa asignatura con mejor nota: todos hablan un correctísimo castellano y, como mínimo, entienden a la perfección el valenciano.
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