"Vamos a luchar fuerte y ser inflexibles con el dopaje"

El dopaje, un fenómeno que se está transformando en una industria, amenaza con gangrenar la imagen del deporte. Para luchar contra ello, y sobre todo para "preservar la salud de las personas", el Departamento de Cultura ha puesto en marcha el Programa Vasco contra el Dopaje, que arranca con el propósito de "complementar" los contenidos de la Ley Antidopaje, recientemente aprobada en el Congreso. José Ramón Garai, director de Deportes del Ejecutivo, advierte de que las tramas organizadas "ya están operando en Euskadi" y explica que el Gobierno vasco, partícipe de la colaboración con organismos y federaciones, "va a ser todo lo inflexible y fuerte que haya que ser". "Este no es sólo un problema de ética deportiva, estamos hablando de la salud de las personas", añade.

"Lamentablemente, los datos nos dicen que la práctica del dopaje se está extendiendo a las categorías inferiores"

"Las investigaciones de la Guardia Civil confirman que las tramas de sustancias prohibidas están funcionando aquí"

Pregunta. ¿Cuáles son los contenidos y objetivos del Programa Vasco contra el Dopaje?

Respuesta. La Ley vasca del Deporte dice que la práctica deportiva es de interés público y debe ser impulsado porque favorece el bienestar de la ciudadanía. De esta idea parte toda la política antidopaje. En el apartado normativo, queremos que el programa sirva para complementar la Ley, a la espera de que la ratifique el Senado en otoño. A nivel de prevención, hemos empezado a colaborar con las asociaciones de medicina del deporte y las federaciones, con una serie de charlas acerca de las consecuencias del dopaje. Y en la represión, hemos aumentado los controles, dentro y fuera de la competición, y generalmente realizados por sorpresa. También hemos realizado un curso de formación de médicos especialistas y está prevista la creación de una Agencia Vasca Antidopaje.

P. ¿Alguna de las redes internacionales de sustancias dopantes pasa por Euskadi?

R. El deporte tiene dos problemas importantísimos: la violencia y el dopaje. Hemos pasado del hecho de que el dopaje era un comportamiento individual a la realidad de que es una acción perfectamente organizada y planificada, con grandes intereses económicos de por medio. Las investigaciones de la Guardia Civil nos dicen que las tramas detectadas están funcionando aquí, de una u otra manera. Pero gracias a la colaboración con organismos como el Comité Olímpico Internacional, la Agencia Mundial Antidopaje y el Consejo Superior de Deportes, vamos a avanzar en la detección de estas tramas. Debemos sacar a los tramposos del deporte.

P. ¿Ha existido tibieza de las diferentes administraciones en este asunto?

R. Creo que hemos estado bastante quietos durante mucho tiempo. No se ha sido muy consciente de la magnitud del problema. Quizás se ha dejado demasiado en mano de las federaciones la lucha contra el dopaje, y las administraciones no han tomado el papel activo que deberían haber tomado. Además, hasta ahora la legislación contra este problema era bastante roma.

P. ¿Cuál es su opinión acerca de la Ley Antidopaje?

R. Creo que va a marcar un punto de inflexión. Nos hubiera gustado que fuera más fuerte, porque creemos que se limita a las personas con licencia deportiva, y nosotros detectamos que el dopaje no sólo afecta a estas personas, sino también a aquellas que no tienen licencia o no están adscritas a una federación. Hay una organización deportiva fuera del ámbito federativo, como la Liga ACT o la de pelota profesional, que cobra cada día más importancia. El ámbito federativo tiene sus limitaciones a la hora de las actuaciones antidopaje, y las administraciones debemos velar para que tengan los medios suficientes y actúen con correción. Pero lo que nos tiene que unir es la lucha contra el dopaje, más que las diferencias políticas. Es importante también que jueces y fiscales sean conscientes de la magnitud del problema, porque no estamos hablando sólo de ética deportiva, sino de la salud de las personas. Vamos a luchar contra el dopaje preservando los derechos individuales, porque estamos hablando de personas, pero vamos a ser todo lo fuertes e inflexibles que haya que ser. Estamos hablando de la vida de las personas, y ahí debemos ser muy activos. El Parlamento así nos lo ha dicho, y la mayoría de grupos parlamentarios así lo sienten. Esta no es cuestión de voluntad partidista.

P. El texto legislativo pone también el acento en el entorno (médicos, entrenadores) del deportista. ¿Qué consecuencias concretas puede tener esta novedad?

R. En el programa, nosotros ya recogemos la exención de penas en el caso de que el deportista colabore para denunciar el dopaje, así como rebajas en las sanciones administrativas y federativas. No sólo podemos fijarnos en la culpabilidad del deportista a la hora de tomar sustancias prohibidas. Dado que hablamos de acciones organizadas, parece que hay alguien que está fomentando que el deportista ingiera esos productos.

P. Hace escasas fechas, el Departamento descubrió dos positivos en el ciclismo aficionado y otro en el remo. ¿Se está extendiendo esta práctica en las categorías inferiores?

R. Lamentablemente, los datos nos dicen que sí. En Internet aparecen cientos de páginas con productos y métodos prohibidos. El problema es que se está asentando la idea de que en ciertos deportes, como el ciclismo, es imposible acceder a un gran rendimiento sin tomar esas sustancias. El ciclismo está en un momento crítico y necesitamos sacar el dopaje de este deporte, porque de lo contrario corre serio peligro. Los responsables de laboratorios garantizan que están muy seguros de los resultados, pero nos enfrentamos a nuevas dificultades, como los laboratorios clandestinos, el dopaje genético o la derivación hacia el deporte de la EPO utilizada en hospitales para solucionar patologías normales.