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Reportaje:

Quiero mi hijo... y mi piso

Los juristas piden un cambio legal para desvincular la custodia de los hijos del uso de la vivienda

Mónica Ceberio Belaza

Cuando una pareja se separa, puede ponerse de acuerdo sobre quién se queda con los niños o pelear por ellos con uñas y dientes como en Kramer contra Kramer. La ley dice que la custodia puede ser tanto para la madre como para el padre. Y, desde hace un año, también pueden compartirla. Que se otorgue al padre aún es una opción poco habitual. Hace unos días, una mujer, Guillerma Calderón, denunciaba ante los medios de comunicación que fue privada injustamente de la custodia de su hijo de 12 años por tener un trabajo con un horario más inestable que el del padre y ganar menos. Si fuera a la inversa, el caso no habría llamado la atención, pero siendo así ha sido objeto de análisis y debate en todo tipo de foros. Los avances en la igualdad, ¿van a implicar que las mujeres empiecen a perder o compartir las custodias de los hijos?

Ha aumentado el número de padres que piden pasar más tiempo con sus hijos
Los abogados aseguran que los conflictos sobre la vivienda repercuten en los niños

El marido de Guillerma Calderón trabaja en una fábrica, de 9.00 a 15.00. Ella, ahora en paro, tenía un empleo como canguro en Azuqueca de Henares (Guadalajara) y la podían llamar a cualquier hora del día. En realidad, Guillerma no ha perdido la custodia de su hijo: nunca la tuvo. El matrimonio se separó hace dos años y medio y, desde el primer auto judicial, la custodia se otorgó al padre, con quien vive desde entonces el menor. La madre recurrió y ahora la Audiencia de Guadalajara ha decidido que el niño debe quedarse con su padre. Los argumentos de la sentencia han sido que éste tiene más tiempo, mayor estabilidad laboral y, sobre todo, que en estos dos años ha ejercido correctamente la custodia, ha cuidado bien a su hijo y ha favorecido que vea a la madre casi a diario.

Guillerma Calderón asegura que continuará peleando por tenerlo. "Yo soy su madre y tiene que estar conmigo", declaró a este periódico. Aunque reconoce que el menor "está bien con el padre", quien ha preferido mantenerse al margen del debate. Guillerma ha tenido que abandonar la vivienda familiar, sin tener dónde ir. Ahora vive en un centro de los servicios sociales de Castilla-La Mancha.

Este caso pone sobre la mesa dos cuestiones. Una, hasta qué punto la sociedad considera normal que un menor se quede con su padre cuando los dos pueden cuidarlo correctamente. La segunda, la relación que existe entre la lucha por la custodia y por obtener el uso de la vivienda familiar. La norma legal que consagra la unión hijos-casa es el artículo 96 del Código Civil, que señala que, si no hay acuerdo entre los padres, el uso del hogar familiar será para los hijos -hasta que sean mayores e independientes- y para el cónyuge con quien se queden. Y eso, en un país con los precios inmobiliarios de España, donde el 45% de los ingresos de las familias se destinan a vivienda, no es baladí. Tanto los jueces como los abogados consultados coinciden en que es necesaria una reforma urgente de esta norma. El presidente de la Asociación Española de Abogados de Familia, Luis Zarraluqui, asegura que genera injusticias. "Por ejemplo, cuando un matrimonio joven en el que los dos trabajan compra una casa con una hipoteca a 25 años y se separa enseguida, con un niño de meses, no tiene sentido que el que se va de la vivienda tenga que pagar la mitad de la letra durante 20 años", señala. Explica otro caso: el de una madre con varios pisos que se queda con los hijos -y la casa familiar-, mientras el padre no tiene dónde vivir. "Los problemas con la vivienda repercuten muy negativamente en los hijos", asegura.

La magistrada Ángeles García está de acuerdo. "Hay que garantizar el derecho a una vivienda digna a los niños, pero esto no significa que tengan que quedarse en la misma casa donde vivían antes, cuando eso implica que su padre o madre quede en la calle", explica. "A veces existen segundas viviendas, y los jueces no podemos tomar ninguna decisión sobre ellas. Es absurdo". En el caso de Guillerma Calderón, la madre se ha visto sin ningún derecho sobre el piso y con su sueldo no puede pagar un alquiler. La reforma que solicitan magistrados y letrados es que el juez pueda decidir, en cada caso, qué es lo más adecuado.

El problema de la vivienda adultera cualquier aproximación al tema de la custodia. Pero, si se intenta aislar, lo sucedido en Guadalajara plantea otros interrogantes. ¿Cada vez más padres luchan por tener la custodia de sus hijos? ¿Cuántos lo consiguen? Se trata de preguntas que no se pueden responder con datos oficiales. No existe una estadística judicial, así que sólo se puede acudir a la práctica forense, de los abogados y jueces que diariamente se enfrentan con crisis matrimoniales. Sus experiencias no siempre coinciden, pero la mayoría de los expertos consultados está de acuerdo en que algo se mueve en este ámbito, aunque poco a poco. Lo único claro es que cada vez hay más rupturas. El segundo semestre de 2005 hubo un 21,6% más de separaciones y divorcios que en el mismo periodo de 2004. El año pasado se rompieron 149.168 matrimonios, un 62% de mutuo acuerdo. El 38% restante acabó en pleito, según datos del Poder Judicial.

José Luis Utrera es el titular del Juzgado número 5 de Málaga, especializado en Familia, y calcula que sólo entre un 10% y un 20% de los padres solicita la custodia en exclusiva, un porcentaje que no aumenta demasiado, aunque sí lo han hecho las peticiones de custodia compartida desde que la ley lo permite, hace un año. Opina que, por lo general, las madres son quienes se siguen ocupando de los niños. "En las separaciones de mutuo acuerdo, el 90% de las custodias son para la madre, lo que refleja que la realidad anterior a la ruptura era ésa", añade. Coincide con él la magistrada Ángeles Velasco. "Cuando les preguntas a los padres que cuántas vacunas les quedan por poner a los niños, cómo se llama su tutor en el colegio o su médico de cabecera, muchos no lo saben", explica. "Es bastante fácil saber cuándo realmente los han cuidado y cuándo no". Ambos aseguran que no les tiembla el pulso a la hora de otorgarles la custodia si es lo mejor para el menor.

El abogado Alberto Jabonero, sin embargo, está convencido de que la implicación en la paternidad ha cambiado más de lo que indican los datos judiciales. Casi el 80% de los padres que pasan por su despacho pide la custodia. "Antes ni sabían que podían hacerlo. Muchos pensaban que la ley se la daba automáticamente a la madre. Pero aún pesan la inercia y los prejuicios y es difícil conseguirla. Los jueces la suelen otorgar cuando los niños son mayores y dicen muy claramente que quieren estar con su padre o cuando la madre tiene algún problema".

Altamira Gonzalo, presidenta de la Asociación de Mujeres Juristas Themis, pone un dato sobre la mesa: los escasos permisos de paternidad que piden los padres. En 2005 lo tomaron 5.268 hombres frente a 294.337 mujeres. "Es un buen indicador de lo que participan los padres en la crianza de los hijos", afirma; "hay muchos que se enteran de que tienen hijos cuando se separan". "Para que las cosas cambien es necesario, en primer lugar, que se muevan los padres, que tienen más un deseo de considerarse padres que una voluntad real de pasar por todos los sacrificios que esto supone", opina la abogada de familia Marisa Palay. Aunque considera que sí hay un cierto cambio en los roles, sobre todo en las generaciones más jóvenes. Varios abogados coinciden en señalar que las mujeres, cuando no les dan la custodia, se convencen de que el juez ha pensado que son malas madres. Se avergüenzan.

Hay una solución para que ni el padre ni la madre perciban que se han quedado sin hijos. Es la custodia compartida. "Pero si no se llevan bien, es impracticable", opina la juez Ángeles Velasco. Dolores P. y Juan F. se separaron hace un año. Tienen dos hijas adolescentes que pasan una semana con cada uno de ellos. Los padres viven a dos calles y se llevan bien. Liquidaron sus bienes gananciales, incluido el piso, así que la cuestión económica la han hecho desaparecer de escena. Dolores cree que el padre pasa ahora más tiempo con las niñas que cuando estaban juntos, pero le parece muy bien. "Para las mujeres es bueno que se impliquen aunque sea después del divorcio, porque así podemos rehacer nuestra vida", señala.

Los abogados aseguran que desde que se aprobó la reforma del divorcio el año pasado, los casos pactados de custodias compartidas se han multiplicado. Y que, cuando los hijos se quedan con las madres, las visitas para los padres son cada vez más amplias. Es otro síntoma de que "algo se está moviendo". Los hombres no se conforman ya con un fin de semana de cada dos y un mes en verano. Y los jueces tienden a darles más tiempo. "Consideran que es importante que los hijos tengan una relación estrecha tanto con su padre como con su madre", señala el abogado Zarraluqui.

Un clamor de los juristas es la necesidad de una jurisdicción especializada en familia que alcance a todo el territorio nacional. Aparte de esto, las conclusiones de los expertos son pocas. Que cada caso es único, que es muy difícil generalizar, pero que, a pesar de todo, y aunque sea muy despacio, algo está cambiando en la mentalidad de los padres, las madres, los jueces y los abogados.

Manifestación de padres en Barcelona a favor de la custodia compartida.
Manifestación de padres en Barcelona a favor de la custodia compartida.CARLES FRANCESC

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Sobre la firma

Mónica Ceberio Belaza
Reportera y coordinadora de proyectos especiales. Ex directora adjunta de EL PAÍS. Especializada en temas sociales, contó en exclusiva los encuentros entre presos de ETA y sus víctimas. Premio Ortega y Gasset 2014 por 'En la calle, una historia de desahucios' y del Ministerio de Igualdad en 2009 por la serie sobre trata ‘La esclavitud invisible’.

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