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Alto el fuego en Oriente Próximo

El Ejército libanés cruza el río Litani por primera vez desde 1978

Guillermo Altares

El Ejército libanés cruzó ayer el río Litani por primera vez en décadas en un despliegue, previsto por la resolución 1.701 del Consejo de Seguridad de la ONU e imprescindible para que se acelere el envío de las tropas internacionales, ahora en negociación. En los próximos días desplegará hasta 15.000 efectivos en una zona en la que desde 1978 han estado presentes soldados israelíes, milicianos de Hezbolá y miembros de la Fuerza de Interposición de Naciones Unidas en Líbano (FINUL), pero no uniformados del Ejército libanés.

Tras atravesar al alba el Litani, a través de improvisados puentes construidos por los zapadores, los soldados fueron recibidos con entusiasmo por la población civil, que ha regresado en tromba desde la mañana del martes a una zona que resultó arrasada durante los combates entre Hezbolá y el Tsahal (Ejército de Israel).

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Pese a que se trata de un Ejército relativamente bien equipado (en un 85%, con material estadounidense) y profesionalizado desde el año pasado, pocos creen en Líbano que su presencia sin el apoyo de los 15.000 cascos azules previstos pueda ser suficiente para mantener el alto el fuego.

El historiador y antiguo ministro de Finanzas George Corm calcula en su libro Líbano contemporáneo que durante la guerra civil (1975-1990) combatieron en este país 20 ejércitos y milicias diferentes. A nadie le interesaba un ejército más, y menos que a nadie a las fuerzas sirias presentes en el país hasta el año pasado. El Ejército libanés, que cuenta con 70.000 efectivos incluyendo la reserva, fue diseñado más como fuerza de paz que de ataque.

División sectaria

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Las Fuerzas Armadas reflejan la división sectaria de Líbano, un país fragmentado entre cristianos y musulmanes, a su vez divididos en diferentes confesiones. Es un asunto tan delicado que no existe un censo oficial desde 1932, que dividía la población más o menos en un 50% con una leve mayoría de cristianos. Actualmente, los expertos creen que los musulmanes representan entre el 65% y el 70%.

Aunque las cuotas no existen en la teoría, en la práctica la división sectaria sigue presente. "Los chiíes son mayoritarios en el Ejército porque, como en muchos casos provienen de las zonas más desfavorecidas del país, la carrera militar siempre es una opción", explica la profesora Judith Harik. "Eso quiere decir que, en caso de que hubiese cualquier roce con Hezbolá, por ejemplo, durante un proceso de desarme, es muy posible que cambiasen de bando".

Muy presentes en las carreteras y en Beirut durante la guerra, su equipamiento, con M-16 relucientes y chalecos antibalas, es impresionante a primera vista. Pero fuentes gubernamentales citadas por la agencia France Presse han indicado que el Ejecutivo ha pedido ayuda a varios países árabes para que le proporcionen equipos para facilitar su movilidad, así como armas pesadas.

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Sobre la firma

Guillermo Altares
Es redactor jefe de Cultura en EL PAÍS. Ha pasado por las secciones de Internacional, Reportajes e Ideas, viajado como enviado especial a numerosos países –entre ellos Afganistán, Irak y Líbano– y formado parte del equipo de editorialistas. Es autor de ‘Una lección olvidada’, que recibió el premio al mejor ensayo de las librerías de Madrid.

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