Los ecologistas consideran a España el país con la gestión del agua más desastrosa
Un quinto de las reservas se pierde en la distribución, según el Instituto Nacional de Estadística
España es el país que peor gestiona sus recursos hídricos de todo el mundo desarrollado, según la organización ecologista WWF / Adena. El responsable de su Programa Agua, Guido Schmidt, considera que nuestro país es el caso "más extremo" de política "equivocada" respecto a la gestión del agua. Para la organización ecologista, la clave no está tanto en la cantidad de embalses, ni el modelo de trasvases ni el número de desaladoras, sino en una racionalización de la demanda. Por ejemplo, casi un 20% del agua se pierde en la distribución, según los últimos datos disponibles (2003).
España es uno de los cinco países con más presas del mundo (1.200 embalses de gran capacidad, según el Ministerio de Medio Ambiente), y con un mayor sistema de trasvases. Sin embargo, "esto no ha solucionado los problemas de agua; de hecho, puede haberlos aumentado". La organización ecologista internacional WWF / Adena hace estas consideraciones en su informe Países ricos, pobres en agua, con vistas a la celebración de la Semana Mundial del Agua, del 20 al 26 de agosto.
La cuestión es que las políticas de agua tienden a incrementar la demanda, porque "cuando se hace un embalse la gente cree que es jauja", explica Schmidt. De igual forma, "por ejemplo, cuando se inició el trasvase Tajo-Segura la gente creyó que el problema estaba solucionado y se duplicó la demanda". En conclusión, "creemos que si construimos embalses ya no tenemos problemas, y no nos damos cuenta de que no hay agua suficiente para llenarlos".
Una cuestión clave en España, según Adena, es el despilfarro en el sector agrario, donde el informe habla de cómo los "perversos subsidios" impulsan la demanda para riego. Los agricultores "rara vez tienen que asumir más de una pequeña fracción del coste real del agua que usan", por lo que no hay "incentivos para el riego eficiente", dice Schmidt, quien añade que "en el Guadalquivir, la agricultura consume más del 80% del agua, mientras que ni siquiera paga el 40% de lo que cuesta la gestión de la cuenca. ¿Por qué todos pagamos el precio del agua y los agricultores no? Es otra forma de subvención".
En este sentido, el informe critica las políticas de subvenciones agrarias cuando "las cosechas se cultivan no en función del mercado sino de la disponibilidad de subsidios". Según cálculos de WWF / Adena, el agua utilizada cada año para obtener sobreproducción de maíz, algodón, arroz y alfalfa es el equivalente al consumo diario de más de 16 millones de españoles. Por "sobreproducción" se entiende todo lo que supera las cuotas que permite la Política Agraria Común de la Unión Europea. El documento se fija especialmente en España porque sus políticas de agua son seguidas con atención por muchos otros países con problemas similares.
En cuanto a los sistemas de distribución del agua, el Instituto Nacional de Estadística calculó en 2003 que en toda España se pierde el 18,7% del agua en la distribución. Son los últimos datos disponibles. Esta cifra se dispara en lugares como la Comunidad Valenciana, donde no llega a su destino el 28,4% del agua. "En general son redes muy antiguas, y no se les ha dado importancia", explica el director general de Agua del Ministerio de Medio Ambiente, Jaime Palop. "Se pensaba que no compensaba arreglar las fugas porque el agua es muy barata, pero se está cambiando el criterio y se está empezando a invertir en su renovación", aclara.
Ecologistas y Ministerio coinciden en el grave problema de las aguas subterráneas. Según Guido Schmidt, "hay 510.00 pozos ilegales, y ésos son sólo los grandes", aunque destaca que el Gobierno ha empezado a reformar la ley de aguas para atacar esta realidad.
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