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Las obras de la variante de Vallirana acumulan más de un año y medio de retraso y siguen paralizadas

La variante de la Nacional 340 en Vallirana se ha quedado a medio construir después de que el Ministerio de Fomento interrumpiera las obras hace un año y medio. Los vecinos, que reivindican la carretera desde hace 20 años, han presenciado hace unos días un nuevo accidente en pleno casco urbano. La Nacional 340 es la calle Mayor del municipio y por ella pasan todos los días 20.000 vehículos y camiones.

Un jueves de hace unas semanas, a primera hora de la mañana, una mujer mayor que atravesó la vía fue arrollada por uno de los camiones que la frecuentan. Su vida no corre peligro, pero ha perdido una pierna.

Un poco antes, había vuelto a producirse movimiento en la zona de obras: los operarios se llevaron las piedras que se habían extraído durante la construcción de la boca de los túneles proyectados para sacarles provecho en alguna otra obra. Pero de avance, nada. Todo ello no ha hecho más que aumentar la indignación entre la población. Los sucesivos gobiernos centrales y locales han prometido en numerosas ocasiones la deseada carretera, que conseguirá desviar el tráfico pesado, eliminar el peligro de atravesar la calle Major y acabará con las interminables colas en horas punta. Pero por ahora, la variante de la N-340 tan sólo es una realidad en el Mapa Oficial de Carreteras del Estado, en el que por error figura como si estuviera construida y en servicio.

Tráfico nocturno

"Parece que se rían de nosotros", afirma Jaume Joan, portavoz de la Coordinadora de Afectados de la N-340, que agrupa 20 entidades de Vallirana. La variante de la N-340 se inauguró en Cervelló, municipio vecino, hace más de dos años. Los camiones que transportan piedra de las canteras del Ordal pueden evitar esta población, pero siguen pasando por el centro de Vallirana. "Ahora han ampliado los turnos de trabajo y pasan también de noche", explica la coordinadora, desde la que se amenaza con la intención de organizar protestas contundentes.

Las obras se iniciaron a mediados de 2004 y los vecinos creyeron que la soñada variante iba a convertirse en una realidad. Pero en Semana Santa de 2005, el Ministerio de Fomento interrumpió el trabajo tras detectar "numerosas minas de yeso y plomo" en la zona donde el proyecto marcaba que la variante debe ir por dos túneles de 1,2 kilómetros de longitud bajo tierra. Hasta dos meses más tarde el Ayuntamiento no recibió las primeras explicaciones sobre la paralización de la obra. Todos los grupos municipales aprobaron una moción en la que se niega que el terreno esté afectado por estas cavidades.

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Los ciudadanos empezaron a movilizarse después del pasado verano, cuando un peatón murió en la calle Major atropellado por un camión. Recuperaron el eslogan Prou Cues N-340 de años atrás y en diciembre llegaron a cortar la carretera en una manifestación.

Pese a que estudios encargados por el Ayuntamiento niegan que en la zona haya minas, Fomento ha anunciado que deberá modificar el proyecto de construcción y, en vez de dos túneles, construirá tan sólo uno. De los cuatro carriles previstos, siguiendo la configuración de la variante de Cervelló, la carretera pasará a tener dos en Vallirana. El alcalde, Josep Alemany, considera que la nueva vía no tendrá capacidad suficiente para todo el tráfico, pero asegura que no pondrá trabas a este cambio si eso supone que se reanudarán las obras. "Será su problema. Si hay variante, la calle Major pasará a ser de titularidad municipal y nosotros podremos prohibir el paso de camiones". No se sabe cuándo empezarán de nuevo las obras. Extraoficialmente, el Ministerio de Fomento ha comunicado que quizá dentro de un año. Mientras, los vecinos deberán conformarse con contemplar la variante dibujada, como un espejismo, en el Mapa de Carreteras.

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