El barrio de Gràcia inicia su fiesta mayor con más oferta cultural y reclamos al civismo

Gràcia inauguró ayer su fiesta mayor con los contrastes típicos de esta cita veraniega: los vecinos quieren la fiesta en paz, pero unos pocos incontrolados parecen empeñados en aguarla. El pregón transcurrió ayer con normalidad: el colectivo okupa hizo acto de presencia, pero no realizó ningún tipo de boicoteo, con la única excepción de los silbidos que sus miembros dedicaron a los políticos. Poco después, unos 25 jóvenes que se definían como antifascistas se concentraron frente al metro de Fontana, tiraron petardos, pegaron pancartas y realizaron pintadas.

Francesc Vilaplana, pregonero de la fiesta mayor de Gràcia, pudo dirigir en la tarde de ayer unas emotivas palabras a sus vecinos sin interrupciones ni griteríos. Vilaplana, que pertenece al casal de ancianos graciense Siracusa, es una persona muy conocida y querida en el barrio, donde ha vivido siempre. En su discurso se sucedieron las llamadas al civismo con los elogios a Gràcia. Además, animó a los jóvenes a mantener la tradición de engalanar las calles en la fiesta mayor, principal atractivo de esta celebración veraniega.

La animación la puso la compañía Artristras con un colorido pasacalle titulado Medusa. El perímetro del barrio estaba vigilado por agentes de la Guardia Urbana y de los Mossos d'Esquadra para evitar incidentes durante el pregón. No faltaron a la cita una treintena de miembros del colectivo okupa, aunque esta vez no causaron problemas: sólo hicieron acto de presencia con alguna pancarta reivindicativa. A diferencia de otros años, no leyeron ningún texto, ni repartieron octavillas, ni boicotearon el pregón. Se limitaron a silbar a algunas autoridades, especialmente al presidente del Consejo del Distrito de Gràcia, Jordi Hereu, y a dedicar gestos obscenos al presidente del Partido Popular en el Ayuntamiento. Posteriormente, unos 25 jóvenes antisistema se concentraron frente a la estación del metro de Fontana, donde realizaron pintadas y pegaron carteles.

Últimos preparativos

Después del pregón, los centenares de vecinos del barrio que abarrotaban la plaza de Rius i Taulet se apresuraron a volver a sus calles para concluir los decorados. Trabajan a contrarreloj, porque han tenido que retrasar un poco los últimos preparativos por la amenaza de lluvia. Asimismo, encaran esta edición con esperanza e ilusión: rezan para que no se repitan los graves altercados de los dos últimos años, que lastraron la imagen de Gràcia. Con el fin de atraer a un público familiar, los organizadores han incrementado la oferta lúdica y cultural. Luis Eduardo Aute, Pascal Comelade, Pau Riba y Gerard Quintana son algunos de los músicos que animarán las noches de estos festejos populares. Los horarios de la programación se pueden consultar en la página de Internet: www.festamajordegracia.org.

La seguridad irá a cargo de un dispositivo policial que fuentes municipales cifran en 500 agentes. El coto al alcohol, la ocupación de las plazas con actividades festivas y la apertura del metro durante toda la noche del viernes y el sábado son algunas medidas adoptadas para evitar que grupos de jóvenes alarguen la farra más de lo permitido.