Batasuna evita protagonizar la marcha autorizada con condiciones por Garzón
Los líderes del partido ilegalizado participaron en la manifestación, pero en segundo plano
Alrededor de 20.000 personas, según fuentes policiales, se manifestaron ayer en San Sebastián bajo el lema Euskal Herria tiene la palabra y la decisión en una marcha medida en sus pancartas, consignas y simbología para ajustarse a las condiciones impuestas por el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón. Los dirigentes de la ilegalizada Batasuna -entre ellos, Arnaldo Otegi- participaron en la movilización, pero permanecieron en segundo plano. Sólo Joseba Permach habló para criticar al Gobierno. El único conato de incidente con la Ertzaintza fue verbal y se produjo en el arranque.
La principal incógnita de la manifestación, convocada el jueves por medio centenar de ciudadanos donostiarras, se resolvió sobre las 17.20, minutos antes de su comienzo. Arnaldo Otegi -acompañado de Joseba Permach, Pernando Barrena, Rufino Etxeberria, el secretario general de LAB, Rafa Díez, y el histórico de ETA Eugenio Etxebeste, Antxon- llegaba al Boulevard de San Sebastián y se mezclaba con el resto de ciudadanos.
Fueron estos últimos quienes tomaron todo el protagonismo de la movilización después de una semana de polémicas judiciales. La convocatoria que anunció y respaldó Batasuna fue desconvocada, y la de ayer autorizada bajo severas condiciones. Garzón advirtió a los dirigentes de la formación que sólo podían participar en la marcha a título personal y que, en caso de que se evidenciara la vinculación de Batasuna con los manifestantes, sería suspendida.
Ni la Ertzaintza ni la Policía local quisieron dar cifras oficiales de participantes. Pero algunos de sus agentes estimaron que asistieron entre 20.000 y 25.000 personas. Lo cierto es que fue de las más multitudinarias de las realizadas por la izquierda abertzale en los últimos años, en San Sebastián. Y la más medida.
Todo estuvo perfectamente calculado; las consignas, las pancartas, las banderas. Sólo se vieron ikurriñas y las enseñas del Líbano y Palestina en la cabecera, justo delante de la pancarta sostenida por varios ciudadanos. Tal y como estaba previsto rezaba: Euskal Herriak du hitza eta erabakia.
Momento de tensión
Siete patrullas de la Ertzaintza esperaban la orden para autorizar el inicio de la movilización. En ese momento se produjo el único momento de tensión de la tarde. Alde hemendik! Utzi Pakean! Txakurrak (Iros de aquí; dejadnos en paz; perros), gritaron insistentemente los manifestantes a los agentes antidisturbios. Otros llamaban a la calma. Justo en ese instante, el ertzaina al mando recordó a la convocante de la manifestación, María Jesús Aguirre, las condiciones impuestas por Garzón para su desarrollo.
Miles de ciudadanos echaron a andar por las calles de San Sebastián, controlándose unos a otros. En los escasos momentos en que alguno gritaba ¡Policía asesina! o Vosotros fascistas sois los terroristas, el resto le pedían que se callase. "No les deis la razón, que se note que tenemos derecho a manifestarnos", se les imploraba. Los gritos más coreados fueron Jo ta ke, irabazi arte (Dale fuerte hasta ganar) y, fundamentalmente, los referentes al acercamiento de presos.
La manifestación, controlada por un helicóptero de la Ertzaintza, se cerró con un acto en el quiosco del Boulevard. El mismo joven que anunció su convocatoria el jueves tomó la palabra para reivindicar el protagonismo de la ciudadanía en el proceso de paz. "¿Cuándo entenderán Madrid y París que estaremos en la calle para defender las agresiones que sufrimos?" se preguntó. "Dejadnos por favor construir en paz el futuro de este país". Una vez concluido su discurso, los manifestantes entonaron el tradicional Eusko Gudariak (Himno del soldado vasco) y se fueron disolviendo. La cola de la manifestación aún no había llegado al Boulevard.
Los dirigentes de Batasuna no se dejaron ver en ningún momento por la cabecera de la marcha ni en el acto final. Sólo Permach hizo declaraciones a la prensa minutos antes de que comenzara. Criticó "la gravísima actuación del PSOE" que en la actual situación política "está dando la espalda a las posibilidades de solución del conflicto".
El presidente del PP, Mariano Rajoy, consideró evidente que la marcha fue convocada "por el entorno de ETA-Batasuna" y que por lo tanto era "ilegal". El popular vasco Leopoldo Barreda exigió la actuación inmediata de la Fiscalía General contra los dirigentes de la formación ilegalizada. Y Diego López Garrido, portavoz del PSOE en el Congreso, les pidió que confíen en el Estado de Derecho. Este fin de semana se ha registrado un rebrote de la kale borroka con la quema de varios contenedores en Rentería (Guipúzcoa) y dos cajeros en Vitoria (Álava) y Barakaldo (Vizcaya).
El derecho de Otegi a la palabra
El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón ha anulado un auto que dictó en junio Fernando Grande-Marlaska por el que considera que el foro Tribuna Barcelona, copatrocinado por El Periódico de Catalunya, no cometió ninguna ilegalidad cuando invitó al dirigente abertzale Arnaldo Otegi a pronunciar una conferencia en Barcelona, en un ciclo sobre el proceso de paz en Euskadi, según informó ayer el diario catalán.
De esta forma, Garzón contradice a Grande-Marlaska que le sustituyó en la Audiencia Nacional durante el año que Garzón residió en EE UU con una beca de estudios. El día 23 del pasado mes de junio, Marlaska prohibió, contra el criterio de la Fiscalía, dicha intervención de Otegi prevista para el lunes 26. El juez se basó en un informe policial que indicaba que Otegi iba a intervenir como portavoz del partido ilegalizado Batasuna. Lo justificó entonces porque Otegi, dijo, "no ejercerá sus derechos civiles y políticos como persona individual, sino que se constituye en altavoz del frente político-institucional de la organización terrorista ETA".
Garzón considera que "aun cuando estuviera acreditado que así iba a ser, debería haberse esperado el análisis de contenido de la conferencia" ya que no puede extenderse la prohibición hasta el punto de impedir la palabra a quien no tiene suspendidos sus derechos civiles.
Marlaska no tuvo en cuenta el criterio del fiscal de la Audiencia Juan Antonio García Jabaloy, que no vio delito en la intervención de Otegi. Garzón también cree ahora que Marlaska interpretó "extensivamente" el auto de suspensión de actividades de Batasuna. Recuerda que el acto fue convocado, no por Batasuna, sino por una "plataforma independiente". Batasuna recurrió la decisión de Marlaska, y el pasado sábado se hizo pública la revocación, el 9 de agosto, porque Garzón la incluyó en el auto por el que se autorizaba la marcha de ayer de la izquierda abertzale, en San Sebastián.
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