El estudio sobre el uso del casco en los niños 'castellers' durará un año como mínimo, según su director
El estudio sobre la implantación del casco en los niños castellers se alargará como mínimo un año, se informó ayer en una reunión de la Coordinadora de Colles Castelleres de Catalunya (CCCC), que se celebró en el local de los Minyons de Terrassa.
Jaume Roset, el director del trabajo, afirmó que, pese a la fatal caída que acabó con la vida de Mariona Galindo el pasado 4 de agosto, el proceso no debe acelerarse puesto que podría perder el rigor científico necesario para un proyecto de esta envergadura. El casco debe ser probado exhaustivamente, afirmó: hay que evaluar si es incómodo y molesta a los niños, si dificulta sus movimientos cuando suben o bajan de un castell, si el diseño es el adecuado, si protege correctamente de un posible impacto tanto al portador como a los receptores del golpe, etcétera.
Tanto el presidente de la CCCC, Jordi Carbonell, como Roset matizaron las informaciones "alarmistas" aparecidas en algunos medios sobre la peligrosidad de los castells.
Carbonell invitó a las agrupaciones que aún no se han sumado al estudio sobre el uso del casco a que lo hagan, tanto experimentando con el casco como recogiendo datos. El pasado 22 de julio se entregaron los cascos a 16 de las 32 agrupaciones que participaban inicialmente en el estudio. Las otras 16 que intervienen en el proyecto tomarán datos de su actividad sin usarlo para realizar un análisis comparativo de las posibles caídas y de su resultado con y sin el casco puesto. El estudio se titula Evaluación de la efectividad del casco para niños y niñas 'castellers'.
Prudencia y seguridad
La coordinadora pidió prudencia y seguridad máxima a las colles a la hora de ejecutar los castells y recordó que el accidente que sufrió Mariona se había producido precisamente en la agrupación Capgrossos de Mataró (Maresme), que presenta mayor nivel de seguridad a la hora de ejecutar sus construcciones.
También se quiso hacer hincapié en la función social que ejercen hoy en día las agrupaciones castelleres, ya que son uno de los sistemas más eficaces de integración de gentes de diverso origen y ascendiente social que se encuentran en las sociedades modernas de Cataluña.
Mariona Galindo, de 12 años, murió como consecuencia de un traumatismo craneoencefálico que sufrió el pasado 23 de julio al caerse de un castell de nueve pisos durante la fiesta mayor de Mataró. El accidente se produjo cuando el grupo estaba a punto de coronar la torre. No tardó en estallar la polémica sobre el posible peligro de los castells. En los últimos 150 años, sólo había habido dos casos de accidentes mortales de castellers.
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