"El nuevo Gobierno es un 'cóctel molotov' político"
La nueva coalición de Gobierno en Ucrania es "un cóctel molotov político", afirma Yulia Timoshenko, la jefa de la oposición parlamentaria. En una entrevista con EL PAÍS, la que hace unos días estuvo a punto de dirigir un Gabinete formado por las fuerzas de la revolución naranja, dice que la unión de Regiones (el partido de Víktor Yanukóvich), los socialistas, los comunistas y Nuestra Ucrania (el partido del presidente Víktor Yúshenko) es "una formación antinatural incompatible con la vida". En su opinión, "el presidente ha hecho añicos la fe de millones de personas, quienes le votaron y quienes esperaban en los países de la ex URSS que Ucrania mostraría cómo salir del círculo vicioso de las intrigas postsoviéticas".
En una sala de la Rada Suprema (Parlamento) apartada del bullicio, Timoshenko y su grupo parlamentario debatían el viernes sobre la estrategia a seguir, ahora que, de forma imprevista, ejercerán de oposición. Su partido quedó segundo en los comicios de marzo, por debajo de Regiones y por delante de NU. Sin embargo, Yúshenko prefirió aliarse con su antiguo y vituperado rival que con la dama del maidán (la plaza).
Timoshenko trata de mostrarse animosa ante el revés. Sus proyectos incluyen una ley sobre los derechos de la oposición, así como un Consejo de Ministros paralelo (un Gabinete en la sombra) y una estructura de "diputados de distintos grupos parlamentarios que puedan actuar como oposición con independencia de su afiliación". En la Rada era habitual que los diputados se pasaran de un grupo parlamentario a otro, según sus intereses coyunturales. Hoy, la legislación se lo impide y perderían su escaño si lo hicieran. No obstante, son libres de votar a su antojo en cada ocasión. Timoshenko apuesta por ello y también quiere controlar el Tribunal de Cuentas. Si la dejan, el presupuesto estatal y los acuerdos de compra de gas a Rusia pueden darle bastante trabajo.
Timoshenko insiste en que no piensa estar mucho tiempo en la oposición, pero, en su partido, otros advierten del "peligro de marginalizarse" si la populista Timoshenko se identifica demasiado con la calle y no tranquiliza a los poseedores del gran capital, hoy agrupados en torno a Yanukóvich y Yúshenko.
Las finanzas pueden ser un problema. "No somos un grupo empresarial, sino políticos, y no tenemos recursos financieros ilimitados basados en el robo de Ucrania, en las zonas económicas especiales y en las preferencias económicas", afirma Timoshenko. "Tendremos dificultades con el dinero. Sólo podemos apoyarnos en las cuotas de los militantes y de los empresarios que quieren igualdad de condiciones y se oponen a la entrega del poder político a las corporaciones de turbia historia".
Sobre el papel, Yanukóvich parece haber hecho concesiones al rumbo de Yúshenko (OTAN, lengua rusa, estado unitario) en el "acuerdo de unidad nacional", pero la solidez del pacto está por ver. Los comunistas se abstienen en varios puntos clave y el texto no es asumido por todas las fuerzas que apoyan a Yúshenko, que se dividieron al votar al primer ministro.
Timoshenko ve el acuerdo como una alianza de "gentes con mentalidad corporativa y empresarial que llegan al poder con intención de ganar dinero y para los cuales la democracia no representa nada, aunque de puertas afuera le rindan tributo para tranquilizar al mundo". Opina que sus adversarios "no repararán en métodos" contra ella y afirma que ha comenzado la represión contra varios de sus colaboradores que "lucharon realmente contra la corrupción y por la independencia energética" y el hostigamiento a empresarios que la apoyaron. Señala también que "existe un proyecto de ley para purgar la Comisión Electoral Central de todos los miembros de la oposición y para devolver a sus puestos a los funcionarios que en 2004 falsificaron las elecciones presidenciales a favor de Yanukóvich". Por cierto, que el que fuera entonces jefe de la Comisión Electoral Central, Serguéi Kiválov, dirige ahora un comité en la Rada.
¿Guarda Timoshenko rencor al presidente por haberle advertido en público que no estaba en un "mercado"? "El mercado es el lugar donde venden al país y al pueblo y no quiero que el presidente sea el director del mercado. El acuerdo se firmó en las condiciones dictadas por Yanukóvich y supone una total capitulación del presidente y su equipo", afirma.
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