"Como pague hipoteca me quedo sin sueldo"
Dos malagueños de 26 y 35 años explican las dificultades para comprar su propia casa
"A veces me pregunto qué hago todavía viviendo con mis padres". Joaquín Mancera, malagueño de 26 años, hizo un amago de emanciparse hace dos años y alquiló un piso compartido. Pagaba algo más de 200 euros, pero tuvo que dejarlo y volver con la familia. En la casa de sus padres dispone de libertad de horarios y ayuda en lo que puede con las cuentas, pero el cuerpo le pide buscar su propio sitio. De momento no es posible.
"Si tuviera que pagar la letra de un piso me quedaría sin sueldo", explica. Joaquín es actor. Cobra 90 euros por representación. Completa la paga trabajando dos días a la semana en una bolera. Su media de ingresos mensuales ronda los 700 euros. "Hasta que no consiga ganar algo más, no puedo pensar en comprar nada", reconoce. Su esperanza es que la compañía con la que actúa consiga más actuaciones para dejar la bolera, buscar piso y dedicarse sólo a los escenarios.
Ignacio Gómez lo tiene un poco más crudo. "Como no me compre una casa antes de final de año, ya no lo podré hacer". Este mileurista, de 35 años, está a punto de dejar de ser joven para las administraciones. A partir de los 36, las condiciones para acceder a una hipoteca se recrudecen. Ignacio paga 200 euros de alquiler. Vive con dos compañeros. Hace ya doce años que se fue de casa. Antes no podía ni pensar en comprar nada. Ahora, ha conseguido "por fin" un contrato fijo como vigilante. Para afrontar una hipoteca de 180.000 euros a 40 años tendrá que pagar una letra de 500 euros. Todo ese dinero "sólo me va a servir para comprar lo peor del mercado", añade. O un apartamiento con una habitación o un estudio. Ignacio no se rinde. "Todavía sigo con ánimo, no sé si pensaré lo mismo el año que viene".
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