El Banco de España ve a las familias más débiles ante una crisis

La capacidad de reacción de las familias ante un revés económico preocupa al Banco de España. El organismo constata que el "colchón de seguridad" del que disponen los hogares para hacer frente a situaciones adversas "ha vuelto a reducirse". El motivo es el elevado endeudamiento al que recurren para financiar la vivienda, que supera el 115% de la renta disponible. Entretanto, la economía se acelera con un avance del 3,6% en el segundo trimestre.

La presión financiera de las familias crece y su capacidad de ahorro se deteriora. Esa situación "ha vuelto a estrechar el margen que tiene el sector privado [hogares y empresas] para absorber eventuales perturbaciones adversas sin que se vean negativamente afectadas sus decisiones de consumo e inversión". Es el análisis que ofrece el Banco de España en su último boletín económico, publicado ayer. El organismo concluye: "No se han reducido los elementos de incertidumbre de naturaleza financiera" que acechan a la economía.

El texto destaca que las familias siguen recurriendo al crédito para sufragar la vivienda de forma muy intensa, con crecimientos del 24%. Y ello pese a que los precios de los pisos han comenzado a desacelerarse, según el Banco de España. Ese fenómeno es "coherente con el escenario esperado de corrección ordenada y gradual de la sobrevaloración que actualmente presentan estos activos". La institución reconoce una vez más que los pisos cuestan más de lo que valen.

El ciclo más expansivo

La habitual atención que los informes del Banco de España dedican a la vivienda aumenta este mes con dos capítulos específicos. El organismo concluye que el encarecimiento de los inmuebles que se ha producido en los últimos años "ha superado al que tuvo lugar en la segunda mitad de los ochenta". La vivienda ha subido un 130% desde 1997, mientras que el máximo del ciclo anterior se queda en el 115%.

Ese ciclo alcista ha determinado un aumento en el esfuerzo que tienen que hacer las familias para disfrutar de una vivienda en propiedad. Un piso absorbe de media el salario de más de seis años y medio de una familia. En 1987 requería el sueldo de tres años. El aumento de la población explica en gran medida ese auge, según la institución, aunque no es el único elemento. Los hogares crecen a mayor velocidad que el número de habitantes, debido entre otras cosas al aumento en el número de divorcios y a la menor dependencia que tienen las personas mayores de otros familiares, lo que les lleva a buscar un hogar propio. También la demanda de segunda vivienda, en buena medida por parte de extranjeros, ha contribuido al boom.

Más allá de la vivienda y sus implicaciones para las familias, la economía española acentuó su crecimiento en el segundo trimestre del año. De avanzar un 3,5% en el primero, el producto interior bruto (PIB) aumentó un 3,6% en el segundo, según las estimaciones del servicio de estudios. Los primeros datos oficiales del Ministerio de Economía se conocerán el próximo día 14.

Ese mejor comportamiento se ha logrado con una composición más sana del PIB. Así, el consumo y la construcción, principales motores de la economía, especialmente en los últimos años, se han desacelerado algo. A cambio se ha robustecido la inversión en bienes de equipo, la más representativa de la salud de las empresas. Y se ha estrechado la brecha entre lo que España destina al exterior y lo que recibe. Pese a todo, esa reducción de los desequilibrios se ha logrado más por una pérdida de fuelle de las importaciones que por un aumento de las exportaciones.

Esta situación permite al Banco de España hablar de "un cierto cambio en la composición del crecimiento", con una recuperación del valor añadido en la industria manufacturera.