Los seguidores de López Obrador acampan en el centro de México
Miles de personas ocupan el casco histórico y desatan el caos
Miles de seguidores del izquierdista Andrés Manuel López Obrador, que reclama un nuevo recuento de votos de la elección presidencial del 2 de julio, tomaron ayer el centro histórico de la ciudad de México, instalando 47 campamentos del movimiento de "resistencia civil y pacífica", que se convirtieron en una pesadilla para millones de habitantes de la urbe, que sufrieron infinidad de embotellamientos y debieron hacer largas caminatas para llegar a sus trabajos.
"No se hasta cuándo vamos a estar, pero tenga la seguridad de que no nos moverán. Hasta finales de agosto o más, no importa, sabemos que Andrés Manuel ganó y es cosa de que cuenten los votos, ya verá", dice Graciela Valtierra, una trabajadora de Zacatecas. Mientras espera en una larga fila que serpenteaba en la plaza del Zócalo de la Ciudad de México para recibir comida y bebida, Valtierra dice entusiasta: "Yo pedí vacaciones para estar una semana, luego vendrá otra gente, no es posible que nos estemos aquí los millones que acompañamos al candidato".
López Obrador pidió a sus seguidores de la coalición Por el Bien de Todos, encabezada por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), que se declararan en "asamblea permanente" y establecieran los campamentos hasta el que el Tribunal Federal Electoral dé respuesta a sus exigencias. El escrutinio otorga la victoria por 244.000 votos (un 0,58% de los sufragios) al conservador Felipe Calderón, del gobernante Partido Acción Nacional (PAN), pero Obrador no acepta el resultado. El PRD esgrime un "fraude masivo", pero todos los observadores que supervisaron el proceso, entre ellos la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos, respaldaron la limpieza de los comicios. Ahora, el Tribunal Electoral tiene hasta el 30 de agosto para resolver las impugnaciones y, en su caso, hasta el 6 de septiembre para designar al presidente electo.
Hasta ese día, los seguidores de López Obrador piensan repetir una y otra vez sus eslóganes: "voto por voto" y "no al pinche fraude electoral". Javier Martínez, un estudiante universitario del norteño Estado de Sinaloa, dice: "Vamos a estar muy unidos con Obrador, porque esto que hicieron es inaguantable. Nos quieren robar un triunfo". Por el contrario, Mariana Álvarez, una secretaria que quedó atrapada por la multitud, arremetió contra los manifestantes: "Yo voté por López Obrador, pero ahora me fastidia". Miles de personas sufrieron mucho para llegar a sus puestos de trabajo, ya que los campamentos instalados en el paseo de la Reforma provocaron retenciones kilométricas.
Según una encuesta publicada ayer por el diario Reforma, alrededor del 60% de los mexicanos considera que el candidato del PRD está actuando de manera irresponsable, y cree que las protestas tomarán un cariz violento.
Tanto el PAN como el resto de los partidos acusaron ayer a López Obrador de chantajear a las instituciones y le exigieron que ponga fin "al secuestro de la capital". El portavoz del PRD, Gerardo Fernández Noroña, respondió con la amenaza de que las medidas "se van ir endureciendo".
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