Girona muestra a Andy Warhol como una 'máquina que mira"
Una exposición sobre el padre del 'pop art' reúne 52 obras en la sala Fontana d'Or
A pesar de que Andy Warhol (Pittsburg, 1928-Nueva York, 1987) advirtió de que el significado de su obra está en la superficie y no hay nada detrás, resulta difícil resistirse a las interpretaciones profundas del controvertido, prolífico e influyente padre del pop art. El Centro Cultural Caixa de Girona presenta en la sala Fontana d'Or, hasta el 11 de septiembre, la exposición Andy Warhol. La máquina que mira, un recorrido por la obra del autor de Campbell's Soup compuesta por 52 obras.
Serigrafías, dibujos, portadas de discos y revistas, obras todas ellas entre las que destacan piezas poco conocidas del último periodo creativo de Andy Warhol se muestran en la exposición, cuyo comisario, Javier Balda, apunta que el artista basó su obra en "la ansiedad por la imagen repetida" y se convirtió en "un espejo que reflejaba un mundo saturado de imágenes y vacío de contenidos".
A pesar de que en Girona pueden contemplarse también serigrafías de su repertorio más clásico, como Marilyn (1967) o Electric Chair (1971), se exponen algunas obras originales poco divulgadas. Entre éstas destaca Shoes (1980), en la que Warhol refleja su pasión por la moda y el fetichismo, y también Knives (1982) y Gun (1981), en las que el autor plasmó la violencia social y política a través de objetos contundentes, como los cuchillos o las pistolas.
Tanto la pieza de los zapatos como la de los cuchillos formaron parte de una exposición que Warhol realizó en España, en la galería de Fernando Vijande de Madrid. La presencia de Warhol en 1983 generó, en plena efervescencia de la movida madrileña, una enorme expectación. La elección de la temática de aquella exhibición -cuchillos, revólveres y cruces- constituye, según la estudiosa del arte Victoria Combalía "una metáfora del mundo asediado por integrismos de todos los signos". También de la década de 1980 es el curioso retrato en grafito sobre papel que realizó del cantante Miguel Bosé y que posteriormente serviría para realizar una portada de un disco que también se exhibe en Girona. Además, la exposición incluye otros discos y portadas de revistas realizadas por Warhol a partir de fotografías de actores como Kathleen Turner o Tom Cruise.
Las creaciones de Andy Warhol, producciones en serie, casi industrializadas, surgidas de su estudio-residencia bautizado como The Factory, mezclan la baja y la alta cultura. Con sus creaciones seriadas pretendía que se perdiera el valor conferido a los objetos tratados como piezas únicas e irrepetibles. Su interés en la explotación del star system se refleja en dos de las series que se muestran en la sala Fontana d'Or. El lado más irónico de Warhol aparece en American Myths (1981), donde, según Balda, crea "un nuevo olimpo" nacido en el seno de la sociedad estadounidense en el que mitifica a Superman, el Tío Sam, Mickey Mouse y Papá Noel. Otra de las series, que parece tratada con un tono más melancólico, es Diez retratos de judíos del siglo XX (1980), en el que pueden contemplarse a Albert Einstein, Franz Kafka y los hermanos Marx.
Una tercera serie, con mayor atención a la elaboración formal y a la elección de colores, es Especies en peligro de extinción (1983). Las fotografías de animales -un oso panda, un elefante africano o una mariposa plateada de San Francisco- recortadas de diarios y revistas se convierten, tras su paso por la máquina cromática de Warhol, en creaciones de espectacular belleza y un colorismo radical.
La exposición dedica un apartado a "las malas películas de Warhol". Ese era su objetivo, según explica Javier Balda, puesto que el artista vio en el cine la posibilidad de hacer interactuar ante él a los variopintos y extraños personajes que poblaban su mundo. Entre las películas que se exhiben destacan Kiss, Trash, Woman in rebel y My Hustler.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.