Mueren cinco personas tras una explosión de gas en un edificio de viviendas de Laredo
El incendio provocó quemaduras muy graves a cuatro miembros de una misma familia
Cinco personas murieron ayer en Laredo (Cantabria) tras una explosión de gas propano en el edificio donde vivían. Las víctimas, que murieron por inhalación de humo, son un matrimonio mayor, su hija de 37 años, una anciana de 93 años y su cuidadora, de nacionalidad boliviana. La deflagración provocó un incendio en cuatro de las plantas de la residencia que ocasionó heridas graves a los propietarios de la vivienda, un matrimonio y sus dos hijos. El pequeño, de cuatro años, está muy grave. 33 personas tuvieron que ser desalojadas. Es la explosión de gas que más muertos ha causado en España desde 2000.
Sobre las 4.20 de ayer, los vecinos de la residencia Jai Alai de Laredo se despertaron al escuchar un ruido ensordecedor. Unos pensaron que se trataba de un trueno. Otros creían que era una bomba. Desde el segundo piso, sin embargo, comenzó a salir fuego. La concentración de gas propano en la cocina de la vivienda, debido a una fuga, fue la causa del siniestro. La deflagración fue de tal magnitud que arrojó objetos a 40 metros de distancia. Buena parte del edificio quedó abrasado por las llamas. Los bomberos tardaron en sofocar el fuego más de cuatro horas.
Fue entonces cuando pudieron rescatar los cuerpos sin vida de cinco personas: Jaime Bilbao Azqueta, de 78 años, nacido en Mungia (Vizcaya); su mujer, María Trinidad López Landa, de 70 años y natural de Bilbao, y la hija de ambos, Ana María, de 37 años, también bilbaína. Las otras dos víctimas son Emilia Ballesteros, de 93 años, nacida en Ortuella (Vizcaya), y Elsa Taboada Vélez, de 43 años, natural de Santa Cruz (Bolivia), encargada de cuidar a la anciana fallecida. Ninguno de ellos murió como consecuencia de la onda expansiva ni por el fuego, sino por inhalar gases tóxicos. Según el relato de varios vecinos, la cuidadora y la anciana acudieron a casa de sus vecinos en busca de ayuda. Los cinco decidieron refugiarse del fuego en el cuarto de baño. Se habían metido en la boca del lobo: murieron asfixiados.
El resto de vecinos del edificio, de siete plantas, pudieron huir hacia los pisos superiores, de donde fueron rescatados por los bomberos. Algunos incluso salieron por su propio pie.
Las personas que vivían en el piso donde se originó la explosión no perdieron la vida, aunque tuvieron que ser trasladados a la unidad de grandes quemados del hospital de Cruces (Vizcaya) con heridas muy graves. Se trata de un matrimonio de Getxo de 38 y 40 años, y sus dos hijos, una niña de ocho años y un niño de cuatro. El pequeño es el que se encuentra en peor estado. Se teme incluso por su vida. Los cuatro presentaban quemaduras de segundo y tercer grado en el 35% y el 50% de su cuerpo.
La explosión de gas de ayer es la que más víctimas mortales ha causado en España desde 2000. El Ayuntamiento de Laredo, villa muy frecuentada por ciudadanos vascos, ha decretado tres días de luto. Las principales instituciones vascas y los Ayuntamientos de Bilbao y Getxo mostraron sus condolencias por la tragedia.
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