"Mi impresión es que la mayoría en ETA ha concluido que esto está acabado"
El catedrático de Derecho Constitucional, Gurutz Jáuregui (Urretxu, 1946), se muestra optimista sobre las posibilidades de que en esta ocasión se termine definitivamente la violencia. Partidario de iniciar un diálogo político a través de dos mesas paralelas, en el País Vasco y en Navarra, Jáuregui asegura que en Derecho, las leyes y las normas son muy flexibles por lo que, si hay voluntad política, siempre caben fórmulas que posibiliten una satisfacción mínima a todas las partes.
Pregunta. Ha escrito que ETA es un despojo de la historia, que su balance es desolador y su preocupación consiste en salvar los muebles. ¿Quiere decir con ello que el alto al fuego no tiene marcha atrás?.
"Un grupo terrorista que no aterroriza, porque no genera muertos, no tiene mucho sentido desde su propio punto de vista"
"Lo más sensato sería establecer dos mesas de partidos paralelas, en el País Vasco y en Navarra, pero que hubiera conexiones entre ellas"
Respuesta. No lo sé. Desconozco las interioridades de este proceso y, sobre todo, las interioridades de ETA. Me da la sensación, insisto en que es una sensación, de que en ETA, si no son todos, sí la mayoría ha llegado a la conclusión de que esto se ha acabado. Quizás el único temor sea que todavía un sector se mantenga en sus trece, con la idea de continuar. Desconozco la correlación de fuerzas interna en ETA, aunque me parece que esta es, de las treguas que ha habido, la que tiene más visos de llegar a buen puerto.
P. En realidad, ha hecho la descripción de una derrota.
R. ETA está políticamente derrotada hace 15 ó 20 años. No existe un momento concreto que lo determine, pero se podría establecer en el momento en que dejó de poner contra las cuerdas al Estado provocando 80 muertos en un año. Un grupo terrorista que no aterroriza porque no genera muertos, por mucho que mantenga la recaudación [de la extorsión económica] y a mucha gente escoltada, no tiene mucho sentido desde su propio punto de vista. Y estamos en esa situación.
P. Ya que menciona la necesidad de salvar los muebles, ¿cómo debería legalizarse Batasuna?
R. La fórmula menos problemática sería constituir un nuevo partido político. Pero, ¿estará dispuesta ETA o Batasuna a pasar por el aro en ese sentido y aceptar, en definitiva, la Ley de Partidos? Confieso que lo desconozco. Cabría, quizás, la posibilidad de agrupaciones electorales, pero esta fórmula es muy compleja en unas municipales y existen sentencias el Supremo que las han ilegalizado.
P. ¿Cual es el modelo más adecuado de mesa de partidos?
R. Lo más sensato y correcto, para evitar ataques de quienes están en contra de la negociación, sería establecer dos mesas de partidos paralelas en la Comunidad Autónoma Vasca y en Navarra. Aunque sería conveniente que hubiera conexiones entre las dos, porque no se puede negar la realidad de que en ambas se sientan los mismos partidos, pero con matices.
P. ¿Cual debe de ser el papel del lehendakari en esa mesa? Porque ésta es otra polémica.
R. Como máximo representante de la CAV, el lehendakari tiene legitimidad y, por tanto, pleno derecho a estar presente y tener un protagonismo activo en todo este proceso. Nuestro Estatuto, al igual que todos los estatutos de autonomía y la propia Constitución española, otorgan al Gobierno la dirección de la política general y ¿qué hecho más importante hay en este momento que el proceso de pacificación? Otra cosa diferentes es que, desde la estrategia política, sea conveniente que tenga una participación activa.
P. ¿Cual es su interpretación de la polémica declaración de Zapatero en la que se comprometía a respetar lo que decidan los vascos dentro de la legalidad?
R. Las interpretaciones no sirven para nada. Habrá que ver qué es lo que se decide cuando llegue el momento. Existe un antecedente como la aprobación del Estatuto de Cataluña, en el que Zapatero se comprometió solemnemente a respetar la voluntad de los catalanes y luego llegó la rebaja a este respecto. Aunque el caso vasco no es lo mismo, porque se trata de resolver también el problema de la violencia. Pero las leyes y las normas en Derecho son muy flexibles y siempre caben fórmulas para posibilitar una satisfacción mínima o un acuerdo mínimo de ambas partes.
P. ¿Es posible un acuerdo plural y transversal, es decir que abarque desde el PSE y, si quisiera el PP, hasta Batasuna, y qué tenga cabida en la Constitución?
R. Sí, ¿por qué no? Todo es cuestión de voluntad política. Cosas mucho más difíciles se han visto. Ahora, sobre la marcha, se me ocurre, por ejemplo, que el presidente del Gobierno está legitimado para autorizar a las comunidades autónomas la convocatoria de los referéndum. Esto no se ha utilizado hasta ahora, pero, ¿qué pasa si, una vez que la negociación sigue adelante, el presidente autoriza la celebración de un referendum en el País Vasco para decidir lo que sea? Es plenamente constitucional, habría fórmulas jurídicas. El problema está en llegar a acuerdos políticos por ambas partes.
P. ¿Sin reformar la Constitución?.
R. En la actual correlación de fuerzas, con el PP a la defensiva, no creo que sea el momento oportuno para reformar la Constitución. Pero caben interpretaciones y depende de muchos factores y circunstancias.
P. Hay alguna fórmula capaz de articular un sujeto político único desde distintos ámbitos territoriales y diferentes identidades?
R. Ahora hay dos entidades jurídicas separadas y sería ir en contra de la voluntad de los ciudadanos navarros y de los vascos. El artículo 145.1 de la Constitución prohíbe la federación de comunidades autónomas, pero no la posibilidad de crear órganos políticos de coordinación, que pueden tener una intensidad muy alta o muy baja. Claro, el tema clave está en respetar la voluntad de los navarros y de los vascos. Además, ahí están la Disposición Transitoria 4ª que establece la posibilidad de que los navarros, si así lo decidiesen, se integren en la CAV. Otra cuestión bien diferente es el País Vasco francés, porque pertenece a otro Estado.
P. El presidente Rodríguez Zapatero ha prometido que no se harán concesiones políticas, ¿dónde está el límite?.
R. El límite sería en este momento la reforma de la Constitución. Mientras no haya reforma, el límite estaría en esta norma. Además, la Constitución, como toda norma, puede ser interpretada de muchas formas sin vulnerar su espíritu. Mientras no haya una reforma, el límite estaría en esa norma de la que cabe hacer interpretaciones restrictivas o más extensivas.
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