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Reportaje:

13 mujeres con magia

El I Festival de Damas Mágicas de Terrassa reúne a prestidigitadoras del país y extranjeras

Manos ágiles y rápidas, barajas que se transforman en pañuelos, conejos que surgen de la nada, música, Oriente y Occidente, grandes sombreros y alguna que otra nariz roja, danza, mucha ternura y sentido del humor. Todo ello se puede ver en el escenario del teatro Alegria de Terrassa. Durante todo el fin de semana, 13 mujeres ofrecen magia a todo aquel que se quiera acercar a un encuentro original: el I Festival Internacional de Damas Mágicas de Terrassa. La primera iniciativa de estas características que se ha hecho en todo el mundo, según sus organizadoras.

Mujeres de todas las generaciones, y llegadas de distintos rincones del mundo con una misma pasión: la magia, felices de estar en un encuentro en el que no son las únicas féminas. En el mundo de la magia, aseguran, las mujeres son minoría. A excepción, eso sí, de la China, donde sucede al revés, lo raro es ser hombre y dedicarse a la magia.

¿La diferencia entre magas y magos? "Nosotras no llevamos hombres florero"

La catalana Teia Moner, con 27 años de experiencia en el mundo de los títeres y el espectáculo, decidió lanzarse a la aventura de encontrar mujeres magas y reunirlas para el evento. Con el encuentro de Terrassa, que aspira a repetir cada año por las mismas fechas, cree que "se ha abierto una cortina" y que serán muchos los que descubrirán que en el mundo también existen mujeres magas. ¿La diferencia entre magas y magos? "Nosotras no llevamos hombres florero", ironiza.

Una de las más veteranas es Ya-o-min, la maga de Aragón. Empezó en la década de 1960. "Fue mi abuelo el que me regaló mi primer juego de cartas y me animó a seguir, pidió a un mago que me enseñase, pero él no quiso porque yo era mujer". Así que la maga de Aragón aprendió con la ayuda de libros y muchas horas delante el espejo. "Todavía recuerdo mi primera actuación, en un sitio muy pequeño, yo misma me bordé los pañuelos".

La maga Jane, de 24 años, se inició a los cuatro años en la Escuela Nacional de Gimnasia y Acrobacia de China. En 1999, en un encuentro internacional de magos de todo el mundo, quedó fascinada por la magia y decidió aprender. Sus manos poseen una agilidad espectacular. Con gestos simples cubre todo el suelo del escenario de barajas que aparecen de la nada. "En China en muchos casos las magas son mujeres que han sido acróbatas como yo, y que a los 25 años ya no poseen la agilidad para hacer los ejercicios", asegura.

Claire Perrine es chilena. Baila, interpreta, hace trucos y es ventrílocua. En Terrassa su público ha sido sobre todo infantil. "Hace años que me dedico a hacer espectáculos para niños y sentí que faltaba algo, y ese algo era la magia". En su opinión el espectáculo hecho por magas es "más poético, más detallista; las mujeres magas no acostumbran a hacer pura magia sino que en sus espectáculos hay muchas más cosas, son más chistosas".

La francesa Ilva Scali era profesora de un colegio antes de ser maga. "Empecé tarde, a los 25 años, fui a ver un espectáculo y cuando acabó, me dirigí al mago, y le dije: quiero este trabajo, ¿qué tengo que hacer? A los seis meses me llamó porque su ayudante se había roto una pierna". "Simplemente", continúa esta maga habitual en las televisiones francesas, "sentí que la magia era mi vida y dejé mi trabajo de funcionaria".

Al contrario de Scali, Joana Andreu creció rodeada de magia -su padre es el Màgic Andreu-. Andreu estudió Turismo, pero un día, realizó un truco a un par de amigos y le gustó tanto su reacción que decidió probar el oficio. En opinión de Andreu, las mujeres pueden aportar a la magia innovación. "Es distinto, no hacen un maratón de trucos, sino que hay teatro, hay una historia".

La payasa Pepa Plana tropezó con la magia por puro azar. "En unas fires de Sant Narcís, tuve que presentar a cuatro magos, empecé a probar, y lo cierto es que la magia crea adicción". Que en la magia hay más hombres que mujeres, se nota, por ejemplo, asegura Plana, "en el hecho de que los objetos no están adaptados para ser manipulados por manos femeninas".

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