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Reportaje:

Campamento de verano en las trincheras

Jóvenes de siete países trabajan durante diez días en la catalogación de vestigios de la batalla del Jarama

"Dos líneas de trincheras atraviesan Madrid, de Somosierra a Aranjuez". Jacinto Arévalo, miembro del Grupo de Estudios del Frente de Madrid (Gefrema), se lo explica a un grupo de jóvenes que observan sorprendidos las trincheras en el campo de Los Miguelitos, en el Parque Regional del Sureste de Madrid. Desde allí se reconocen los restos de las fortificaciones que nacionales y republicanos levantaron durante la batalla del Jarama (1937), en plena Guerra Civil. En medio de las líneas de combate, el río Manzanares.

Durante 10 días, 32 jóvenes de siete países -Francia, Eslovenia, Alemania, Azerbaiyán, Polonia, Lituania y España- participan en el campamento de trabajo Un Río con Nombre de Batalla, en la localidad de Rivas Vaciamadrid. Conocer de cerca los caminos de trincheras y refugios, dibujar mapas que permitan su ubicación, investigar y clasificar el tipo de fortificaciones serán algunas de sus tareas.

"Viajé en camión durante tres días desde Eslovenia; es la segunda vez que estoy en España y quiero conocer más". Vesna Puh, de 20 años, es una de las entusiastas participantes del campamento. "Italia y España tuvieron procesos similares en su historia, por eso comprendo. Este campamento es parte de mis vacaciones", cuenta Anna Militano, de 35 años.

No todos los visitantes hablan español, así que los coordinadores del proyecto, Hugo y Saúl, realizan el doble esfuerzo de trabajar y traducirles durante todo el día las actividades a realizar. Ambos son de Rivas y trabajan con jóvenes desde hace tiempo.

En su primer día de trabajo, los jóvenes exploran el campo de Los Miguelitos, bajo la guía técnica de Jacinto Arévalo, explorador de fortificaciones en Madrid desde hace más de 15 años. En la punta del monte encuentran una larga línea de trincheras. "Ésta es la segunda línea de combate; primero ocurrían los combates abajo, y luego se hacían las fortificaciones más arriba".

Los jóvenes se sumergen en los refugios, las trincheras y "la joya de la exploración: ¡un reducto para cuatro personas y un pozo para un granadero!", grita emocionado el guía. Después de recorrer la zona, el grupo toma medidas y dibuja bocetos de un mapa que luego será completado con la tecnología del GPS y brújulas digitales.

La casa de la juventud Parque de Asturias del Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid es el refugio del campamento: un gran salón con más de veinte literas, un área de duchas, un espacio con ordenadores y un comedor colectivo conforman la casa de los visitantes. Las próximas excursiones se realizarán en zonas cercanas a los ríos de Manzanares y Jarama, todas asesoradas por algún integrante del Gefrema.

También habrá la oportunidad de conocer el cuartel del general Miaja, en el Parque del Capricho, y darse una vuelta por el centro de Madrid. Conferencias, videofórum y actividades de integración completan la agenda. Los asistentes internacionales abonaron 75 euros para gastos y manutención, y los ripenses, 35 euros.

Un Río con Nombre de Batalla es un proyecto pionero en España. La Concejalía de Infancia y Juventud de Rivas Vaciamadrid busca con ello generar un encuentro con los jóvenes y su historia y ampliar las formas de intercambio con otros países. Otro de los objetivos es lograr la documentación y resguardo de la zona. "Estas fortificaciones se conservan de milagro", explica Jacinto. "Queremos conservar esto, es parte de la historia. Para ello hay que catalogarlo y clasificarlo".

El Gefrema, al que pertenece Jacinto, trabaja con 140 personas que buscan vestigios de trincheras y construcciones de batalla de la Guerra Civil. "Falta mucho por hacer; lo primero es descubrir todas las líneas de combate".

Agatha, de 18 años, es la última en llegar al campamento, desde Francia. Poco a poco va colándose al comedor donde la reciben sus compañeros. Hugo y Saúl le dan la bienvenida y le explican las normas y la ajetreada agenda. Pablo y Ernesto, los únicos ripenses a la mesa, conversan con Agatha.

"¡Qué bueno estar aquí! Quiero conocer la mentalidad de los españoles", cuenta la chica. De los de ahora y de los de hace 70 años.

Nuevos pobladores

En Rivas Vaciamadrid viven ya 53.000 personas, y el Ayuntamiento calcula que para 2007 serán 60.000, de los que el 30% tendrá entre 15 y 35 años.

El crecimiento de la población joven ha motivado al Ayuntamiento a lanzar iniciativas pioneras para la integración y la búsqueda de arraigo.

"El movimiento de parejas jóvenes a Rivas nos inspiró para hacer el proyecto Un Río con Nombre de Batalla", afirma Enrique Villalobos, coordinador de la Escuela Municipal de Animación de Rivas.

"Queremos ayudar a darles una identidad a los nuevos ciudadanos de Rivas, y el río Jarama es una parte fundamental de su historia".

Un total de 26 centros educativos y cinco institutos integran la oferta educativa de Rivas. También allí se busca más participación ciudadana. "Hacemos talleres y cursos de convivencia con jóvenes de todas las edades", cuenta Hugo Navascués, de la Escuela Municipal de Animación.

La Concejalía de Infancia y Juventud de Rivas busca integrar políticas educativas donde el ciudadano joven decida qué hacer con los espacios y las formas de convivencia.

Un ejemplo es la reciente construcción de una pista de skateboard. La concejalía dio el apoyo económico a cambio de que los ciudadanos interesados lo mantuvieran y se hicieran responsables de su funcionamiento.

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